Por Fernando Sánchez Resa.
Introducción.
Buscando frescor y sosiego, en este verano tan tórrido y sofocante, especialmente en el centro y sur de nuestro país, y recordando antiguos y felices tiempos en los que viajábamos la familia nuclear unida a cualquier parte de la península ibérica, hemos elegido el verde y apetecible norte español donde se cuajó, según aprendimos y enseñamos durante tantos años en la escuela, nuestra nación española: la que ahora tanto peligra por culpa de unos y otros. Esperemos que no ocurra nunca lo que sentencia el dicho popular: «Entre todos la mataron y ella sola se murió…». ¡Qué fácil es destruir y cuán difícil construir y aunar esfuerzos!