¡Un viaje inolvidable…! – 01

Por Fernando Sánchez Resa.

Introducción.

Buscando frescor y sosiego, en este verano tan tórrido y sofocante, especialmente en el centro y sur de nuestro país, y recordando antiguos y felices tiempos en los que viajábamos la familia nuclear unida a cualquier parte de la península ibérica, hemos elegido el verde y apetecible norte español donde se cuajó, según aprendimos y enseñamos durante tantos años en la escuela, nuestra nación española: la que ahora tanto peligra por culpa de unos y otros. Esperemos que no ocurra nunca lo que sentencia el dicho popular: «Entre todos la mataron y ella sola se murió…». ¡Qué fácil es destruir y cuán difícil construir y aunar esfuerzos!

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“Barcos de papel” – Capítulo 21 b

Por Dionisio Rodríguez Mejías.

2.- ¡Por fin!

Cerró los ojos y me acercó sus labios. Nunca había besado a nadie que moviera la lengua de aquella forma. Quiero decir que la movía demasiado deprisa para mi gusto. Hasta entonces, nos habíamos besado sin prisas, con deleite y complacencia, saboreando el instante, pero aquella noche su lengua era una batidora. De vez en cuando, apartaba su boca de la mía, la acercaba a mi oído y susurraba mi nombre con voz profunda, como esas modelos que anuncian colonias para hombres en Navidad.

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70. Bajo el fuego enemigo

Por Fernando Sánchez Resa.

Al fin los jefes se dieron cuenta de lo mal situados que estábamos: rodeados de la artillería y muy expuestos a los ataques de la aviación enemiga; por eso, nos trasladamos a otro sitio más seguro. Allí sólo dejamos la cocina desecha y los tres animales que habían sucumbido al bombardeo: dos mulos y el caballo de nuestro capitán.

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Espejito, espejito…

Presentado por Manuel Almagro Chinchilla.

A Ramón Quesada parece haberle tocado la fibra sensible uno de esos que él llama “politiquillos” y que los pone a caer de un burro, a raíz de una entrevista que le hacen en televisión a ese tal individuo sobre el más famoso y destacado escultor que ha tenido Úbeda. El enojo de Ramón es más que comprensible, máxime cuando tachan al escultor de «tener inclinación a la simonía».

Nuestro articulista, aunque da suficientes datos para desvelar la identidad de dicho imaginero, no nos da su nombre. Algo que a la inmensa mayoría de los lectores no les preocupa, porque ya lo habrá adivinado. Pero para quienes no lo han descubierto, al final del artículo se revela su identificación.

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Tormenta en septiembre

Por Mariano Valcárcel González.

Están logrando acabar con mi paciencia.

Sí; estos catalonios de la Catalunya o Cataluña (¡qué varidedad!) me están tocando ya las narices. Y uno (yo no soy masoca, ni tonto) que no va de sufridor, ni de mantenedor de esencias (ni fabricante de las mismas, que entonces sería perfumista), ni de soplagaitas de orquestas u orquestinas variadas, sino que uno es lo que es y a mucha honra, pues que desde el asiento y morada que honradamente ocupo y no debiéndome ni debiéndole nada a nadie (y menos a los catalonios), pues reitero lo dicho: que estoy ya hasta las narices de estos de la Marca Hispánica (que así se la denominó también allá los tiempos, y esto lo pongo para que vean que tengo mi culturilla, no se vayan a creer).

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“Barcos de papel” – Capítulo 21 a

Por Dionisio Rodríguez Mejías.

1.- ¡Una epidemia!

¡Qué ingenuos éramos! Pensábamos que aquel tiempo duraría siempre. ¿Será verdad que nos robaron la juventud? Lo digo, porque hasta para hacer el amor necesitábamos un certificado. En cualquier pensión de mala muerte, te pedían el libro de familia y el carné de identidad si pretendías pasar la tarde acompañado de una chica. Y claro, para no soportar aquel mal trago y evitarle el sofoco a la pobre, nos arreglábamos en el coche como podíamos, que era bastante mal, si, como era mi caso, tenías un coche de las dimensiones de un Seiscientos.

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69. Herido

Por Fernando Sánchez Resa.

Faltaban dos horas para la llegada del día 24 cuando llegó un enlace, con la orden del día, al puesto de mando en el que me encontraba de guardia. Como los jefes y la plana mayor duermen, despierto al capitán y le entrego la orden. Parece que hay prisa: antes de rayar el día debemos partir. No sabemos hacia dónde. Los enlaces han ido a buscar a las secciones que se encuentran avanzadas. Nos reunimos todos y ya vamos marchando, encontrándonos por el camino con varios tanques pesados que vuelven del frente a la retaguardia y, paralelamente a nosotros (en las vecinas alturas), los batallones de las brigadas. ¿Adónde iremos? La mayoría piensa que avanzamos, pero los que conocemos la situación geográfica sabemos que huimos del frente, corriéndonos a un lado. Cogemos la línea férrea que baja a Córdoba y, a su lado, vamos caminando hasta Valsequillo, en donde permanecemos tres días cazando las abundantes liebres y perdices de sus contornos (sin que se escape ninguna) y recogiendo bellotas, pues el hambre se va sintiendo, ya que el pan lo han reducido a la mitad de su ración ordinaria.

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¡Ejehh, toro!

Por Mariano Valcárcel González.

Cada verano y aledaños el tema del maltrato animal, en los cuerpos de los toros y los demás de su especie, se caldea con virulencia al par que el tiempo climático.

El maltrato animal acá en España ha sido moneda corriente y admitida. Abusar de los animales de cualquier especie fue cosa llevada sin complejos, y el abuso a veces se tornaba en martirio y carnicería. Y tan campantes.

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“Barcos de papel” – Capítulo 20 g

Por Dionisio Rodríguez Mejías.

7.-Como en el cine.

El último día aparcamos junto al Paseo Marítimo y acabamos en el Cactus, una conocida discoteca con música suave y poca luz. Entrando a mano izquierda, en la zona más oscura, había unos columpios en donde las parejas se balanceaban y se metían mano con absoluta tranquilidad. Hasta allí nos condujo el camarero, nos preguntó qué íbamos a tomar, pedimos un par de cubalibres y Olga empezó a columpiarse como una criatura. De cuando en cuando, se giraba para hablarme, y me rozaba el brazo con uno de sus pechos: concretamente con el izquierdo. Encendimos un cigarrillo, tomamos unos tragos del cubata y me dio un mordisquito en la oreja que yo tomé como una invitación al abordaje.

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