Tarde roja

Por Pedro Pablo Vico Robles.

La hiedra cubre la pared

que parte el jardín del huerto;

y el laurel, verdoso y yerto,

expande olor por doquier.

¡Jardín de la tarde roja!

¡Jardín del ensueño alado!

Mi alma a él ha regresado,

en el recuerdo que evoca.

En la tarde vieja y rosa,

con el tañer de campanas,

el aire, cálido y grana,

te acaricia y te arropa.

Y en el velo del ocaso,

sentado en el bello banco,

siento brillar la armonía

de las ninfas y de los hados.

pedrovico24@hotmail.com

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