Por Dionisio Rodríguez Mejías.
3.-Las noches locas de Barcelona.
Pero, con el tiempo, descubrimos el corazón de aquella Barcelona irrepetible, y nuestra fascinación por los locales de diversión nocturna nos llevó a convertirnos en asiduos de algunos de ellos. Pasábamos horas y horas en el Jamboree Jazz Club de la plaza Real, escuchando al saxofonista Lou Bennet, o el piano del mítico Tete Montoliú; deambulando hasta altas horas de la madrugada por el Barrio Chino ‑hoy Barri del Raval‑; tomando cubatas y disfrutando del espectáculo del “Barcelona de Noche”, un cabaré de travestis en el número cinco de la calle Las Tapias.