Dos nuevas y lindas exposiciones

La galería de arte “Félix Gómez”, sita en la calle Morería nº 6 de la capital hispalense, vuelve a dar muestras de su tozuda apuesta por la pintura figurativa de autores de cualquier latitud española (a pesar de que la echaron de Arco por ello), pero siempre abogando por el tándem calidad-variedad.

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Mi “Gran Hermano”

Desde que te conocí, no he dudado en tenerte muy cerca y transmitirte mis más vívidos secretos. Siempre te tengo a mi vera; nunca te olvido ni te dejo abandonado; estoy muy pendiente de ti -bastante más que tú de mí-; pero, te quiero tanto, que no te venderé a cualquier postor, mientras que tú sí que transmites toda mi información (escrita, hablada o grabada) a terceros, que preveo no buscan precisamente mi bien.

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En modo “abuelo”

Cada etapa de la vida precisa de un programa diferente para llevar a cabo los objetivos necesarios que alcancen unas reconfortantes metas. No es lo mismo tener tres años que cuarenta, ni ejercer un rol de hijo que de tío, ni de jefe o subordinado; por ello, hoy, gracias al lenguaje de la informática, se nos hace más sencillo entenderlo al compararlo con nuestro sistema operativo vital. Nuestro propio ser: el hardware (conjunto de los componentes físicos de los que está hecho el equipo informático); y los diferentes modos de vida, que deben ejecutarse: softwares (conjunto de programas y rutinas que permiten a la computadora realizar determinadas tareas), servirán para completar, feliz y exitosamente, el portentoso proceso de la existencia.

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Nada más que amistad

Por Dionisio Rodríguez Mejías.

Confieso que no soy muy bueno, como tenista. No me interesa. Ser un tenista del montón ─me refiero al montón de abajo tiene sus ventajas. Cuando no ganas partidos todos quieren jugar contra ti. En cambio, con los mejores no quiere jugar nadie. Siempre ganan. Los buenos tenistas se encuentran tan solos…, tienen que arrastrarse pidiéndote partido: «¿Jugamos?». ¡Me dan una lástima! Yo empecé tarde a jugar al tenis, cuando aún me faltaban unos años para jubilarme. Lo tenía pensado desde hacía tiempo. No quería dejarlo para el último día, porque llegar al club una mañana con el equipo recién comprado en el Corte Inglés, y esa cara que se te queda cuando te jubilas, buscando un compañero para jugar, me parecía deprimente.

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Las “gili” cosas del progre

Por Dionisio Rodríguez Mejías.

¿Habéis observado la cantidad de tonterías que se dicen, en nombre de la cultura y el progreso? Al “gili-progre” le encanta utilizar palabras que, aunque no digan nada, suenen bien. Por ejemplo, defienden el derecho a un trabajo de “calidad” y a un salario “justo”. ¿Quién puede negarse a una solicitud tan razonable? Pero, cuando te paras a pensar, surgen las dudas. ¿Qué es un trabajo de calidad? El que barre un taller, ¿tiene un trabajo de calidad? ¿Y los que trabajan en un restaurante, sábados y festivos? ¿Y los repartidores de pizzas? ¿Y los policías? ¿Y los médicos que se pasan setenta y dos horas de guardia? Y a nadie se le ocurriría prescindir de estas profesiones tan dignas siempre que se hagan con atención y diligencia. ¿O no? Luego viene lo del salario “justo”. ¿Dónde empieza la justicia o la injusticia de los salarios?

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Una prostituta para la escuela

Por Dionisio Rodríguez Mejías.

“La batalla del lenguaje” ―el genial artículo de Jesús Ferrer, publicado en esta página el pasado viernes― me ha traído a la memoria una anécdota que oí contar hace unos años, y que todavía me hace reír cuando la recuerdo. Se celebraba la fiesta que cada verano organizan los empresarios gallegos en el puerto de Barcelona. Me había invitado Julio Fernández Rodríguez, con el que coincidí, a principio de los años setenta, en una inmobiliaria de la Gran Vía barcelonesa. Entonces yo hacía mis primeros pinitos como vendedor y él era ya jefe de ventas. Con el tiempo, Julio llegó a ser accionista mayoritario y presidente de FILMAX, la famosa productora cinematográfica.

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Una “mijita” de gracia torera, y 4

Por Dionisio Rodríguez Mejías.

IV. UN ÁNGEL A CABALLO. “LA PRESIDENTA”.

Repican de alegría las campanas de La Giralda, los principales ganaderos andaluces están de fiesta y han puesto en la “shiquiya” su confianza. «Tengo fuerzas, tengo ganas, estoy ilusionada y animada», dijo la niña, y el graderío se vino abajo. Susana Díaz, una rejoneadora graciosa y guapetona, rubia como las candelas, y con ojos de jaca jerezana. Con un gesto valiente y torero, ha dejado el mantón de Manila en el respaldo del palco presidencial, y se ha puesto a hablar como la reina del albero, criticando a los maletillas y elogiando la laborde “El Asturiano”.

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Una “mijita” de gracia torera, 3

Por Dionisio Rodríguez Mejías.

III. PAQUITO LÓPEZ… “ER FUNERARIO”.

Ante la puerta grande de Las Ventas, bajo un sol de justicia, otro maletilla de la fiesta pide una oportunidad, y asegura que, entre él y “Er Negativo”, pueden poner las plazas boca abajo. Ese es el miedo que yo tengo; que consigan sus propósitos y pongan boca abajo la economía, el progreso y los niveles de bienestar que tanto trabajo nos costó alcanzar.

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