Y llegó el otoño con el mes de noviembre a la espalda (que siempre empieza con Todos los Santos y finaliza en San Andrés), cargado de buenas intenciones y recuerdos; por eso, los Antiguos Alumnos de Magisterio de la Safa de Úbeda (AAMSU) teníamos una cita ineludible el sábado 23 (como todos los años), para reunirnos amigablemente -una vez más y los que Dios y nuestra salud nos regale-, con el fin de hacer balance de cómo va la asociación y sus múltiples actividades programadas, teniendo así la excusa loable y perfecta de juntarnos en la Safa madre de Úbeda, que fue la que nos cobijó durante aquel tiempo: a unos (los más antiguos alumnos Safa, los de pata negra) durante seis, siete, ocho o nueve cursos escolares y a otros (los que solamente estuvimos tres cursos, como yo) dejándonos a todos la marca indeleble del safismo más auténtico en nuestros corazones y recuerdos.
Por eso, no quise perderme este nuevo encuentro y aprovechar la oportunidad de pasar un día agradable en buena compañía. Así que mi esposa y yo decidimos marchar desde Sevilla a la capital de la Loma. Lo hicimos el pasado 22 de noviembre, jueves, tras haber dejado colocados a nuestros nietos Abel y Saúl en su cole, por si pudiésemos llegar a tiempo a la entrega de los Premios Magíster 2024 que tan amablemente nos había invitado nuestro presidente, José Luis Rodríguez Sánchez.
La salida de Sevilla fue un tanto complicada, en lo que a tráfico se refiere, mientras que el sol lucía en el firmamento alumbrando y calentando nuestro recorrido por esas carreteras que hasta nuestro coche conoce ya muy bien, como si tuviese el piloto automático en sus entrañas, pues las tenemos tan trilladas, que -al menos para nosotros- no crían hierba, aunque pasemos meses sin volver.
Llegamos sobre las dos de la tarde a nuestra amada ciudad de nacimiento, aunque bien que nos acordamos (cuando eran las doce del medio día) que se estaría produciendo el inigualable evento de la entrega de los Premios Magíster 2024, a los que algún año me gustaría asistir, aunque luego nos lo cuentan maravillosamente, con palabras e imágenes, nuestro presidente y/o el tesorero. No obstante, lo mejor es asistir en vivo y en directo a ese didáctico y pedagógico espectáculo, pues se palpa la savia nueva del magisterio joven en todos sus trabajos, proyectos e ilusiones.
Por la tarde, hice los muchos deberes y encargos que siempre me echo encima cuando vengo a Úbeda, pues se me van acumulando tareas que voy apuntando en un papel, para que no se me olviden; además de experimentar plácidamente los múltiples y variados encuentros que tengo la suerte de vivir por las calles de mi ciudad, Patrimonio de la Humanidad, cuando saludo a familiares, amigos, vecinos y conocidos a los que llevo excesivo tiempo sin ver.
Y llegó la mañana clave del sábado, día 23. Habíamos quedado a las once en el patio de entrada de la Safa o en el interior del paraninfo marmóreo. Allí acudí puntualmente. Como hacía un fresco que pelaba y cortaba la cara (cosa que no experimento en Sevilla desde que vivo aquí) quedarse en el patio era una temeridad y por eso ya algunos compañeros estaban en el Aula Magna y otros en el patio de columnas, donde nos saludamos y abrazamos amigablemente, alegrándonos sinceramente todos de este nuevo encuentro. Estuvimos pocos (todos varones), pero bien avenidos y escogidos (y no lo digo por mí, precisamente, sino por el resto de los asistentes, pesos pesados que portan la antorcha del espíritu Safa allá donde van con mucha honra).
El presidente, José Luis Rodríguez, nos contó y leyó todas las cosas que pedía el extenso orden del día, ayudado por el secretario adjunto y en funciones, Francisco Fernández, que viene desde Almería con su esposa todos los años, sin fallar ni uno, al igual que lo hace el simpático y divertido Jesús Ferrer Criado, también con su consorte, cuyos escritos safistas siempre fueron y serán muy leídos y celebrados.
Manolo Contreras, como tesorero y puntal número dos de nuestra asociación (a la par del presidente) dio una extensa explicación, no solo del estado económico de la asociación, sino de otros muchos temas que salieron a relucir ante las múltiples preguntas de Manuel Ballesta y Jesús Ferrer sobre si se sigue cultivando el espíritu Safa entre las nuevas generaciones de maestros, entre otras.
Antes ya había leído el secretario la extensa acta de la reunión anterior, por lo que nos refrescó lo que se hizo el año pasado, que con la volátil y olvidadiza memoria de algunos de los presentes pareciera que se hubiese hecho ayer y no el año 2023. Es muy loable y de agradecer que este secretario sustituya a nuestra querida y añorada Mari Carmen Ruiz Ara, de la que se habló y preguntó en la asamblea, mientras ella siga enferma, así como de nuestro antiguo presidente José María Berzosa. Ambos estuvieron en nuestra memoria y corazones, echándolos de menos….
También el presidente, al principio de la reunión, disculpó a varios asociados que por unas u otras razones o circunstancias no pudieron asistir a la asamblea, aunque les hubiese gustado. José Luis nos contó detalladamente la reunión que tuvo con los que están en el último curso de magisterio en la Safa de Úbeda, llenando el aula magna en la que nos encontrábamos y pasando un rato muy agradable, en plan coloquio, contestando dudas y preocupaciones de estos futuros maestros que el curso que viene ya quieren estar trabajando.
Nos comentó cómo están las relaciones de nuestra asociación con la Safa de Úbeda (muy bien) y con la Safa central en Sevilla (en trámites de reunión con el nuevo rector para explicarle nuestros proyectos y necesidades). Todo ello producto del intenso trabajo que nuestro presidente está haciendo, así como de las buenas relaciones que ha propiciado con el ayuntamiento ubetense o la diputación provincial para que nos ayuden a sufragar los Premios Magíster y/o actividades de nuestra asociación a cambio de imprimir sus logotipos en los carteles anunciadores y estar presentes ante la prensa local o provincial en los actos de entrega de los Premios Magíster.
Nos contó, también, cómo ha resuelto el enredado tema del dinero que tenía la asociación, en un banco determinado, al tener que registrarse de nuevo, así como presentar una serie de documentos legales nuevamente y mandar al Ministerio del Interior el acta que leyó el secretario, muy puntillosa y matizada por cierto, con el fin de que se conozcan los artículos en los que están basadas todas las decisiones que toma nuestra asociación y los cargos electos que se renuevan cada dos años en la asamblea anual soberana.
Algún asambleario pidió que se adelantaran estas reuniones a octubre, pues conforme va entrando el otoño cuando se viene de viaje desde Almería se lían unas nieblas por esas carreteras de Dios que espantan. El presidente le contestó amablemente, exponiendo la dificultad de cambiar esta fecha, pues ya se ha acordado en otras reuniones anteriores y además es que debe ir casada con la entrega de los Premios Magíster, que se celebra el día anterior, para no tener que hacer el presidente tanto viaje desde Marbella, además de que no hay tiempo material para entregarlos y corregirlos, si se adelantase la fecha de la asamblea a octubre…
Así mismo nos contó lo bien que se desarrolló la entrega de los Premios Magíster 2024, que rozan ya la excelencia, puesto que son alumnos que además de tener las notas medias más altas en su curriculum crean un trabajo único, tutorados por profesores de la escuela de magisterio, y que defienden ante un tribunal, cual si fueran opositores, teniendo que sacar un sobresaliente para ser elegidos como ganadores. Este año han sido dos los mejores: uno de primaria y otro de infantil, ambos realizados por dos chicas y cuya información detallada está a disposición de cualquiera en la página web de la AAMSU.
Todos los asambleístas, especialmente Manuel Ballesta, Jesús Ferrer y el que esto escribe, agradecieron el titánico trabajo que están llevando a cabo el presidente y el tesorero (y, por supuesto, el secretario en funciones), dándoles la enhorabuena y las gracias, porque han sabido sacar adelante y a flote nuestra asociación que estuvo por momentos a punto de desaparecer o en la UCI y que ahora vemos y comprobamos lo bien que funciona, incluida su página web que cada año va multiplicando sus visitas ad infinitum y detallando que la leen con profusión e internacionalmente, sobre todo en Sudamérica y Norteamérica, con especial énfasis el público latino.
La mesa presidencial nos guardó una bella y valiosa sorpresa para el final de la asamblea, regalando a todos los presentes un pen metido en su coqueta cajetita de madera, que es una joya safista de la que podremos disfrutar largo y tendido, visionando la infinidad de fotos antiguas y de muchas promociones o edades, así como de otros documentos de sumo interés. ¡Dios os lo pague, a los tres, el portentoso trabajo y tiempo invertido para que la estela y luz safista ubetense siga presente en nuestras vidas! ¡Muchas gracias, amigos!
En fin, que estuvimos charlando y disfrutando hasta casi las dos de la tarde en el Aula Magna, cortando un poco antes de la hora en que nos íbamos a comer, con el fin de desplazarnos, charlando tranquilamente y por grupitos improvisados, al Restaurante Juancaballo de la calle San Cristóbal, en donde antes estuvo el Museo Agrícola. Allí bien que comimos, bebimos, charlamos y nos solazamos, pues estuvimos nada menos que cuatro horas haciéndolo laborando la amistad safista que nunca falla…
Teníamos idea de haber ido a visitar el Torreón y muralla del Portillo de Santo Cristo, en la Cava, una vez comidos, pero resultó que estaba cerrado los sábados por la tarde. Entonces se barajó la idea de ir al Museo Arqueológico de Úbeda, la antigua Casa Mudéjar, tras la comida, pero -al final- no fuimos a ningún sitio turístico concreto (que yo sepa), pues cuando salimos ya estaba casi anocheciendo. La mayoría se fue a dar una vuelta por la eterna Úbeda de nuestros añejos y entrañables recuerdos…
Quedó muy claro que el decano de estas reuniones sigue siendo Stephan de Vos, este imponente y simpático belga, afincado en Londres, que quedó tan enamorado de la Safa ubetense desde el primer día que trabajó en ella, que viene todos los años, pase lo que pase, a pesar de estar ya caminando por su novena década de vida. Jesús Ferrer Criado prometió en alta voz, ante todos los comensales, que él también seguirá viniendo todos los años, ya que parece ser que es el que va detrás de Stephan de Vos en edad, siendo octogenario feliz… ¡Enhorabuena a ambos y, por supuesto, a todos los asistentes!, con especial mención al equipo directivo de la AAMSU, que da buen ejemplo todos los años para que las nuevas generaciones puedan y quieran engancharse a este carro de fuego asociativo que ellos comandan, en el que se aprende y sueña mucho y variado yendo de su mano.
Cuando acabamos, me despedí de todos mis compañeros y amigos safistas, pensando ya en la reunión del año que viene. Fui a visitar a mi hermana que había tenido una intervención quirúrgica hace unos días y, como colofón final del día, asistimos -mi esposa y yo- al concierto inaugural del Festival de Música Antigua Úbeda y Baeza (FeMAUB 2024), en el marco incomparable de su catedral. Fue un dulce de caramelo para todos los melómanos.
Al día siguiente, desayunamos (mi esposa y yo) churros con chocolate con mi hermano, para marcharnos raudos a Sevilla, en donde nos esperaban -con los brazos abiertos, como siempre- nuestra hija y nuestros dos queridos nietos, ansiosos por saber qué regalos les traeríamos. Esta vez les llevamos dos bolsas de ochíos y tortas de candelaria pequeñas, productos estrella de nuestra tierra, que tanto se echan de menos cuando se está lejos de ella. ¡Cómo los han estado disfrutando en los desayunos y recreos del cole durante todo esta semana! ¡Así cómo no van a amar la ciudad de sus abuelos! También les he contando lo bien que nos lo pasamos con nuestros amigos safistas y ellos han quedado tan contentos y boquiabiertos…
¡Hasta el año que viene, si Dios quiere, maestros safistas, que la salud y la ilusión nunca nos abandonen!
P. D.: He elaborado esta crónica como vengo haciéndolo últimamente, sin tomar nota escrita alguna, simplemente dejando a mi olvidadiza memoria que hilvane deslavazadamente lo que allí pasó, dejando sedimentar todas esas vivencias y emociones vividas para que resulte más cremosa y azucarada, cual si de un postre goloso se tratase, con el fin de deleitar al amable lector.
Sevilla, 28 de noviembre de 2024.
Fernando Sánchez Resa
Gracias a que la AAMSU tiene un cronista de primera fila que refleja fielmente nuestros encuentros safistas ubetenses. Ni tomando apuntes, lograríamos otros resumir la jornada de una forma tan emotiva y completa. Gracias, Fernando y hasta el año que vine. Que, por cierto, no estaría de más esperar a leer tu crónica para redactar el Acta de la Assamblea. No se te escapa detalle. Un fuerte abrazo
Las gracias hay que dártelas a ti, amigo Paco, especialmente por tu disponibilidad ilimitada e incondicional a la AAMSU y a la SAFA en general, que ha hecho de tu persona un ejemplo a seguir por cualquier safista que se precie…
De todas formas, muchas gracias por tu reconfortante y exagerado comentario y que no fallemos nadie a la cita del año que viene…
Un fuerte abrazo