Por Mariano Valcárcel González.
Para no volverse loco, a veces es mejor no pensar.
O dejar que otros piensen por ti. Y así, con la lección ya preparada y bien aprendida, puedes actuar automáticamente, sin necesidad de quemarte las neuronas. Es mucho más efectivo, en base al rendimiento de las acciones y de la economía de medios. Esto lo han sabido siempre los militares.