Los puntos sobre las íes

«Los políticos blandos y confusos de la izquierda moderada, cómplices de los conservadores tercos y despiadados» (Krugman).

Me encontré esta cita del economista y me dio que estaba que ni pintada para aplicársela al inefable Zapatero y así aclarar de un plumazo lo que fue su gobierno. Sí; José Luis Rodríguez Zapatero (de acá en adelante ZP) padeció de estos males como mal fundamental y así le fue.

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“El sí de las niñas”

de Leandro Fernández de Moratín

ACTO III

Escena VIII

don diego (dd): ¿Usted no habrá dormido bien esta noche?
doña francisca (df): No, señor. ¿Y usted?
DD: Tampoco.
DF: Ha hecho demasiado calor.
DD: ¿Está usted desazonada?
DF: Alguna cosa.
DD: ¿Qué siente usted? (Siéntase junto a doña Francisca.)
DF: No es nada… Así un poco de… Nada…, no tengo nada.
DD: Algo será, porque la veo a usted muy abatida, llorosa, inquieta… ¿Qué tiene usted, Paquita? ¿No sabe usted que la quiero tanto?
DF: Sí, señor.
DD: Pues ¿por qué no hace usted más confianza en mí? ¿Piensa usted que no tendré yo mucho gusto en hallar ocasiones de complacerla?
DF: Ya lo sé.

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La lección de anatomía del doctor Tulp

(Rembrandt)

El siglo XVII posiblemente sea el más fértil de la Historia, el siglo de oro más esplendoroso, tanto en cantidad como, sobre todo, por la calidad de las figuras que destacaron en distintos ámbitos de las artes y las ciencias. Es curioso el contraste entre la brillantez de la ciencia y el arte y la esterilidad política del siglo, dominado por un absolutismo férreo, impuesto a todos los pueblos y naciones, y justificado por la doctrina del origen divino del poder [1]. Filósofos como Descartes, Spinoza o Locke; pintores como Rembrandt o Velázquez; escultores de la talla de Bernini; científicos como Galileo y Newton; literatos como Cervantes, Shakespeare, Moliére, Milton, Quevedo, Lope o Calderón; arquitectos eminentes, músicos… forman una pléyade quizás inigualada.

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38. Grato encuentro

Nada más sonar la corneta, abren la puerta de los barrotes de hierro y se produce una estampida para salir, por los corredores, al patio. Entonces, me avisan que me busca un oficial de prisiones. Creo saber quién es…

Bajo las escaleras y me lo encuentro: es un cuñado de las hermanas que tanto me favorecieron en Úbeda. Pertenecía a aquella bienhechora familia que me recibió al salir del hospital y que tanto me había ayudado después. Habían transcurrido más de cincuenta días desde que me había marchado y todos estaban muy intranquilos… Enterado de que el P. Claudio estaba preso en esta cárcel, consultó la relación de los ingresados el día anterior, en el puesto interino de oficiales, quedando defraudado; aunque al observar un nombre con dos apellidos tan vascos (y seguidos), que son infrecuentes en estas tierras, se convence y viene a buscarme…

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El triángulo de Cobos

En Úbeda hay muchos temas que están pendientes de resolución, temas que yo digo ya podridos. Temas casi de siglos. Pese a mi pesimismo, admito que algunos se van resolviendo. ¡Loado sea Dios!

Uno de los que se generaron hacia el final del siglo pasado, y que sigue en contencioso, es el del Palacio de Don Francisco de los Cobos. Problema que nunca debió serlo.

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Solidaridad entre grupos humanos y nacionalismos

Hechos

El lector de periódicos comienza a enterarse de la competición entre países en cuestiones de la legislación fiscal (caso de Irlanda) o de la legislación laboral con el fin de atraer a los inversores multinacionales.

La lucha entre países es despiadada. Todos pretenden su parte de botín fiscal. En juego están muchos miles de millones de dólares de recaudación, que los presupuestos de los estados necesitan en los duros tiempos que vivimos. Otro tanto hay que decir sobre la competición monetaria, de las deslocalizaciones y los puestos de trabajo.

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“Divinas palabras”, de Ramón María del Valle-Inclán

JORNADA PRIMERA

Escena primera, p. 43.

anejo. Iglesia parroquial de un lugar, por lo común pequeño, sujeta a la de otro pueblo en donde reside el párroco.

avío. al ~. Se emplea para excitar a alguien a que se ocupe en lo que tenga que hacer, o a que se apresure en la ejecución de alguna cosa.

belfa. Que tiene más grueso el labio inferior, como suelen tenerlo los caballos.

bozo. Vello que apunta a los jóvenes sobre el labio superior antes de nacer la barba.

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La prudencia personificada…

Esto era una vez…

Un tímido y recatado niño que, desde que vino al mundo, siempre fue querido y educado, con sumo mimo y cuidado, por sus padres y maestros. ¡Todos lo querían tanto…¡ Y es que él se hacía de querer, allá donde estuviese…

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Un clásico

Como no gusto de catalogaciones simplistas ni de ser diana de juicios preconcebidos, atados a posiciones más o menos interesadas, debo insistir en que visto lo que nos rodea y no saliéndome de las narices quedar mudo, y encima no sintiéndome deudor de nada ni de nadie (en términos relativos, claro), pues que continuaré, mientras me dejen o pueda, descargando mis comentarios e impresiones, mis ideas acerca de esto o aquello, sean bálsamos o cicutas según para quienes.

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