Una inteligencia salvaje

Esto era una vez…

Un niño rubio, muy guapo, cuya larga coleta siempre ondeaba al viento; todo era puro nervio incontrolado… Tenía un corazón, unos sentimientos y una bondad que, una vez que lo conocías a fondo, estabas obligado a quererlo sin remisión…

Cuánto le costó adaptarse a las normas de la clase y de su amado colegio… Nunca estaba bien sentado en su sitio, ni tenía sus materiales escolares a punto (todo se le perdía…) y, la mayoría de las veces, andaba distraído con cualquier cosa (estampas, bolígrafos, estuches…); todo, menos atender al profesor… Y en el recreo, el enfrentamiento o pelea, estaban casi asegurados…

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La sencillez, hecha niña

Esto era una vez…

Una niña guapa y primorosa que irradiaba felicidad por todos lados… Al ser la mayor de dos hermanas, su responsabilidad era grande, pues su comportamiento era vivo ejemplo para su hermana más pequeña; que, por cierto, era mucho más alborotadora que ella…

Hacía unos dibujos preciosos y unas redacciones sin faltas de ortografía, que servían de ejemplo al profe para que el resto de la clase la imitase…

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La niña que quería ser artista…

Esto era una vez…

Una niña alegre, vital y divertida que derrochaba salero y gracia personal. Fue siempre bien guiada por su madre, pues los preciosos modelitos que lucía le daban aún más encanto personal…

Su gran afición era pintar, y además lo hacía muy bien. Incluso recibía clases de pintura, fuera del horario lectivo, para ir consolidando sus cualidades pictóricas, pues su mayor ilusión, cuando fuese mayor, era ser pintora profesional…

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La niña más afectuosa

Esto era una vez…

Una niña a la que sus abuelos paternos querían con locura (y viceversa). Era muy obediente y cariñosa; no podía vivir sin ellos. Lo mismo le ocurría con sus amigas y maestro. Se desvivía por atenderlos a todos…

Una de las cosas que más le agradaba era sacar buenas notas para ofrecérselas a sus familiares más cercanos, como medio de pago por el cariño que le tenían…

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La niña más cariñosa e informada

Esto era una vez…

Una guapísima niña que, desde siempre, había sido un manojo de nervios, ya que no paraba ni un momento en cualquier lugar, especialmente en clase… Todo lo tenía que comunicar; aunque le conllevara enemistades innecesarias… Pero su forma de ser, su tesón y obstinación en hacer todo lo que le dictaba su conciencia no le permitía desviarse de su camino.

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La inteligencia hecha “genio”

Esto era una vez…

Un niño muy inteligente que, cuando se enfurruñaba, no había quién lo aguantase pues desbordaba agresividad y “mal genio” en su maleducado comportamiento. Por eso, siempre le repetían sus padres y sus maestros: «¡Tienes que templar tus nervios si quieres tener buenos amigos; si no, todo el mundo te va a rechazar, pues va a comprobar que eres un niño violento!».

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El niño que tanto amaba a la naturaleza y la vida…

Esto era una vez…

Un niño fuerte y bien parecido que siempre andaba saltando y jugando, confundiendo, frecuentemente, juego con pelea y choque personal; como los torillos bravos, cuando retozan en la pradera para hacerse poderosos, curtiéndose en el enfrentamiento físico directo.

Su madre, que tanto le quería, sufría mucho por sus continuos y variados accidentes; pues hasta hubo un tiempo en el que fue preciso ir a urgencias más a menudo de lo deseado… Según afirmaba su abuela paterna, era igualito que su padre, cuando tenía su edad…

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El niño que consiguió ser periodista

Esto era una vez…

Un niño al que tanto y tanto querían sus padres, aunque siempre era su madre la que lo mimaba de una manera especial… ¡Qué iba a hacer si no, siempre sería su “chico”…! Su razón tenía: tuvo problemas de salud que, desde bien pequeño, le obligaron a aceptar el dolor y las múltiples entradas al quirófano para que su cuerpo se desarrollase normalmente. Era un niño muy magnánimo y despistado que se sentaba de cualquier manera, tanto en casa como en clase; parecía tener los huesos de goma, pues cogía unas posturas indescriptibles que no le beneficiaban en nada a su espalda…

Y así fue pasando el tiempo…

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El niño que ansiaba saber

Esto era una vez…

Un niño muy guapo, rubio y con los ojos azules, cuya frágil memoria dejaba mucho que desear: raro era el día en el que no se le olvidaba alguna cosa del cole en casa o viceversa. Eso, si no se traía el móvil, las llaves o cualquier otra cosa de su madre…

En clase era bastante travieso pero de amplio y sincero corazón. Se le daban bastante bien las Matemáticas, pero le costaba sudores aprobar Conocimiento del Medio y Lengua; aunque al final, con mucho tesón, consiguió superarlas… No obstante, necesitaba leer mucho en voz alta y, al hacer caso omiso a su madre (en este asunto), no lograba sacar a flote su expediente académico.

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El niño impulsivo e inocente

Esto era una vez…

Un niño al que no le daba vergüenza casi nada… Siempre se echaba para adelante en clase, con su mano derecha levantada, para cantar o contar cualquier historia privada o pública. Su inocencia le hacía ver la vida de una manera distinta a muchos de sus compañeros que ya estaban más resabiados…

Disfrutaba mucho con la actividad física, y no era capaz de estarse quieto un momento, pues le impulsaban su poderío físico y su cerebro, que le hacían meterse, a veces “en camisa de once varas”; de lo que (luego) se lamentaba; pero pronto volvía a las andadas…

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