En la plaza Vázquez de Molina
El cielo se ha hecho palio
para acompañar a Cristo,
por donde nadie lo ha visto
entre templos y palacios.
La belleza de la tarde
y el cielo de azul purísimo,
son cendal pleno de arte
para llevar al Santísimo.
Con varal de luz y velas,
en filas de enamorados,
a Jesús sacramentado,
adorándolo lo llevan…
Todo es adorno y alfombra,
piedra dorada y pulida,
para que pase Jesús
entre fiesta y melodía.
Ante el santo sacramento,
mostrámosle pleitesía.
Es Jesús, anonadado,
en la Santa Eucaristía.
Alabémosle cantando,
al augusto sacramento,
en la bellísima plaza,
entre los cirios e incienso.