2. Mi amigo “El Colilla”.
Nací en Pinares, un pueblo recostado en la ladera de la sierra entre bosques de pinos y olivares, cerca de un río, alejado del tren y de la carretera general. Tenía una plaza con porches y columnas de piedra desgastadas por las inclemencias del tiempo; una iglesia con un nido de cigüeñas; una fuente; un reloj que pregonaba las horas, inexorablemente, y dos campanas que tocaban a misa por las mañanas, y llamaban al rosario por la tarde. La plaza era el campo de juegos de la chiquillería.