Tinieblas de una época turbia y difícil.
No soy pesimista y quisiera optimismo a raudales, señal de que todo iba bien y, mejor todavía, que el ser humano se merece este optimismo. Pero las sombras vuelven y el mal, socavando nuestros optimistas cimientos, no tarda en aparecer a la menor oportunidad y vuelve a enseñorearse de nosotros pervirtiéndonos.