Solapa
No enseñéis a los jóvenes “Juventud por correspondencia”… Ayudadlos, nada más, a desdoblarse sobre los programas de Dios.
Mostradles las cumbres.
Exigidles heroísmos.
Exigidles el heroísmo de cada día, a la luz del sol y en la penumbra ignorada de su alcoba.
Poned las flechas dolorosas de la verdad en sus labios.
Comprobad y tensadles cada poco el arco de su ambición.
Enseñadles desnudas la belleza y el bien.
Enseñadles a consumar hasta las heces el acto hermoso.
A esperar la hora grande, mirando el vuelo sencillo de las aves.
Decidles que la fidelidad es la autenticidad de los espíritus fuertes. Que el cristal es más valioso que trasparente.
Enseñadles que la vida es un gran amor y una gran tarea.
Pero no les hagáis objeto formal o material de un sistema.
A los jóvenes se les pide alegría, fuego, arrebato, marcha de combate; amor, amor, amor de Navidad.
[Jesús María Burgos Giraldo.]