Otoñal y sabatina mañana, plena de bullicio turístico en Úbeda, muy apropiada para finalizar la última de las diez magníficas visitas anuales programadas por el Museo Arqueológico, bajo el lema “Conociendo Úbeda”. Y quién mejor que Antonio Almagro García, estudioso especialista en mostrar el edificio religioso más representativo de nuestra ciudad, para dirigirla…
Mes: noviembre 2015
“Barcos de papel” – Capítulo 24 d
Por Dionisio Rodríguez Mejías.
4.-El drama de estar con una chica pensando en otra.
Salimos a la calle y en la acera Vilanova seguía insistiendo en que todo lo hacía por nuestro bien, para protegernos de los futuros peligros que nos acechaban.
—Aunque nadie quiera reconocerlo, en nuestra sociedad quedan aún residuos de la perversa ideología del comunismo. Pocos reconocen que vivimos la etapa de progreso y bienestar más impresionante de la historia de España. Hay grupos que no cesan de alentar a los jóvenes hacia la subversión. El comunismo internacional, convencido de que no puede imponerse por la fuerza de las armas, afila sus garras para destruir la civilización a base de corromper a nuestra juventud con drogas, desobediencia y rebeldía. No comprendo cómo la gente no lo entiende.
La Vía del Sureste – 14
Por Manuel Almagro Chinchilla.
Río Jándula – Cerro del Cabezo, 8 km.
El día 7 de julio fue una corta etapa, por lo que esperamos al amanecer para salir. Era corta, pero toda cuesta arriba; una dificultad que cada cual la valoró a su manera, lo que facilitó la disgregación del grupo. Llegamos al Santuario de la Virgen de la Cabeza y fuimos muy bien acogidos por la comunidad Trinitaria, en particular por el superior padre Domingo y el padre Eduardo. Nos enseñaron todo el interior del Santuario y nos ofrecieron para comer su refectorio. Nos alojaron en la estancia más alta del monumento más alto de toda Sierra Morena, con unas vistas indescriptibles, donde, después de una semana, dormimos en cama. Todo un privilegio.
Las pinturas murales del Hospital de Santiago, y 3
Salimos de nuevo al patio para entrar en la iglesia y hacer la sexta y última parada. Nadie duda ya un momento en sentarse en las butacas del auditorio para oír el entretenido y denso discurso que nuestro guía nos sigue regalando, ilustrado con providenciales fotocopias a color. Comienza diciendo cómo los franceses, en la Guerra de la Independencia (hacia 1810), se lo cargaron casi todo, pues esto fue cuadra o establo para los caballos. Nos enseña también una foto de la iglesia en 1930-40, haciendo elucubraciones de dónde se encontrará el coro actualmente (se entiende, las maderas trabajadas…), pues, antiguamente, en Úbeda hubo tres coros: Hospital de Santiago, Iglesia de Santa M.ª de los Reales Alcázares y Sacra Capilla de El Salvador. Hoy en día están todos mezclados. José Manuel nos anuncia que están rehaciendo el de El Salvador. Ya veremos cómo queda…
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“Barcos de papel” – Capítulo 24 c
Por Dionisio Rodríguez Mejías.
3.- Accionista de PROVISA.
Unos días después, llamó Roser a la oficina de Borrás Asociados, preguntando por mí. Como casi todas las mañanas, había ido al Registro de la Propiedad a consultar unas notas y no pude atender su llamada, pero me dejó un mensaje diciendo que aquella misma tarde nos esperaban sus padres en la notaría de don Tomás Fernández Ricard, bajando Balmes a mano izquierda, antes de llegar a la avenida Diagonal. Cuando me dieron el recado, la llamé para decirle que si debía aportar algún documento y me dijo que no olvidara llevar el carné de identidad.
La Vía del Sureste – 13
Por Manuel Almagro Chinchilla.
Baños de la Encina – Río Jándula, 38 km.
A las cinco y diez del día 6 de julio, salimos de Baños y nos pusimos en marcha. Cogimos la carretera de la Virgen de la Cabeza. Llegamos al embalse del Rumblar, de noche, y paramos en el muro de contención, para tomar un refrigerio a base de fruta, leche y galletas. Seguidamente, nos adentramos en un camino vallado, con ganaderías de reses bravas a ambos lados. En el período de preparación del proyecto, ya reparamos sobre el posible riesgo que supondría caminar a pocos metros de unos morlacos (‘toros de lidia de gran tamaño’), bien plantados, que te miran con insistencia, sepa Dios con qué intenciones.
Una reflexión a tiempo
Por Mariano Valcárcel González.
Creo que ya que se da por finalizada la copia (en servidos capítulos) que el señor tesorero de la Asociación ha ido publicando en esta página web acerca de las aventuras y desventuras que el fraile carmelita padre Claudio de Santa Teresa vivió en los convulsos años de la guerra civil. Tituló el clérigo “Estampas de mi calvario: memorias de un fraile miliciano en la Guerra Civil española”, su relación.
Las pinturas murales del Hospital de Santiago, 2
Volvemos a bajar los anchos peldaños de la escalera para que el portero de este magno edificio nos abra la antesacristía (que está separada de la iglesia) e ilumine su interior. Allí hacemos la cuarta parada. Nuestro amable guía invita a sentarnos en el banco que circunda la sala. La mayoría lo agradece y aprovecha el ofrecimiento. Entonces comienza su detallada explicación, recordándonos que fue el famoso Concilio de Trento el que ordenó las estancias que debía tener una iglesia desde ese momento; que antesacristía y sacristía están decoradas al fresco; y que aquí había sitiales del coro que luego pasaron a la iglesia.
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“Barcos de papel” – Capítulo 24 b
Por Dionisio Rodríguez Mejías.
2.- Navegando a la deriva.
Le cogí la mano y estaba temblando.
—Escucha, Berto, soñé que iba por un camino solitario. El cielo estaba limpio y el sol se empezaba a ocultar, cuando a lo lejos surgieron unas nubes que parecían de algodón. Solo se escuchaba el rumor del viento y el temeroso canto de los pajarillos. De pronto, el cielo se oscureció, arreció el viento, temblaron las ramas de los chopos y el cielo se rompió en mil relámpagos. Se oyó un trueno, las nubes avanzaron cubriendo el cielo y se volvieron de un color violeta, casi negro. Empezó a llover de forma torrencial. Al principio, el agua avanzaba pausadamente, pero luego creció y saltaba entre las piedras inundando el camino y corriendo por la ladera. Sentí tanto miedo que me subí a lo primero que encontré. Era un sencillo barco de papel, uno de esos barcos con que juegan los niños en los riachuelos las tardes de tormenta. La lluvia regaba las tierras resecas y sedientas, se abrían surcos en la tierra y el agua empezaba a correr por los regatos.
La carta – y 2
Por Jesús Ferrer Criado.
Nos dimos la mano otra vez y de pronto pareció que éramos familia. Él estaba realmente contento de haber encontrado una conexión con su pasado, un ancla después de haber perdido la brújula y alguien con quien conversar.
A partir de ese momento, su cara, antes seria y distante, se animó y todo fueron preguntas sobre personas de su época, gentes de Almería, la mayoría desaparecidas ya y desconocidas para mí.