Por el barrio de Santa María

16-08-2010.

 

Visita organizada por el Museo Arqueológico de Úbeda.

Autor del texto y comentarista de la visita, Juan Ramón Martínez Elvira.

Autor de las fotografías y director del Museo, José Luis Latorre Bonachera.


CALLE VENTAJA

A la parroquia de Santa María perteneció su lado derecho. El opuesto, a San Pablo. Pero sólo el primero tuvo cierto movimiento social.
Su primer apelativo conocido fue el de Alonso Martínez de Arellano, un escribano que deja de existir al comienzo del siglo XVII. Tituló a la calle en 1599 y 1609.

Siguió la denominación de El Camarero, que lo fue del obispo Suárez de la Fuente del Sauce, don Francisco de Vago. Su casa, conocida como la de Los Salvajes, dio nombre a la calle durante un siglo. Antes se llamó Rodrigo de Xérica, otro escribano, y luego, de la Yedra (por la cercanía de una Virgen con esa advocación) y Ventaja. Este, su nombre actual, comienza a usarse a finales del XVIII y se debe al regidor don Diego de Ventaja o a su padre don Bartolomé, también veinticuatro. Cualquiera de los dos erigió la gran casa de piedra con que se inicia la calle.
Más abajo de esta, en el rincón, se abría una calleja que comunicaba con la actual plaza de López Almagro.
MARÍA DE MOLINA
Perteneció a dos parroquias: San Pablo (acera de las antiguas Casas Consistoriales) y Santa María. Hoy está dedicada a doña María de Molina, camarera de la infanta María Teresa, la hija de Felipe IV, casada con Luis XIV de Francia, el Rey Sol. Fue benefactora del convento de Carmelitas Descalzas y regaló a Santa María una magnífica custodia, desaparecida en la pasada guerra civil.
Tuvo por otros nombres el de Armas (común a las dos parroquias) y el de La Sastrería (aplicado sólo a la acera de San Pablo).
El de Rúa, con el que aún se la conoce, no le era privativo, pues se aplicaba también a la inmediata de Juan Ruiz González. Hasta 1740 recibía este nombre solo su acera derecha; pero, a partir de este año, se extiende a los dos lados.
Como calle dedicada al comercio ‑y según es usual en estos casos‑, la nobleza no habita en ella. Sus vecinos ejercen oficios relacionados con lo textil (abundan sastres y calceteros, sombrereros, tundidores y mercaderes de paños) y con la orfebrería. Hay también bastantes tenderos.
JUAN RUIZ GONZÁLEZ
Desde el principio, esta calle constituyó la esencia de la Rúa y estuvo asociada frecuentemente a la inmediata Plaza de Abajo, nombre este que toma prestado muchas veces.
Pero a partir de 1740 ‑como se acaba de decir‑ Rúa queda para la de María de Molina y esta comienza a usar el de Cárcel, consecuencia ‑bastante tardía, por cierto‑ de la ubicación frente a ella de la Cárcel Pública (hoy Comisaría de Policía).
Cerca de la calle Ventaja se abría un nicho, conteniendo a Nuestra Señora de la Yedra, bajo el cual se depositaban los cadáveres de “los desgraciados”.
Don Juan Ruiz González fue un pedagogo del siglo XIX, fundador de un Colegio de Segunda Enseñanza dedicado a San Juan de la Cruz, que alcanzó gran prestigio.
PLAZA LÓPEZ ALMAGRO
Don Miguel López Almagro, que hoy titula esta plaza, fue abogado y escritor, alcalde de Úbeda y Presidente de la Sala de la Audiencia de Jaén. Casado con doña Rosa Izpizua, vivió hasta su muerte (1922) en un magnífico palacete decimonónico erigido aquí y derruido lamentablemente en la década de los sesenta del pasado siglo. Casa que luego pasó a ser Colegio de los Jesuitas.
Con anterioridad (desde 1630), el lugar estuvo dedicado a los Méndez. Bajo la categoría de calle primero, llevó los nombres de Álvaro, Doña María y Don Alonso Méndez. En 1714 es la primera vez que en los padrones aparece como plaza.
Curiosamente, ya en el siglo XVI vivía en estos contornos un mercader y boticario llamado Álvaro Méndez, no sabemos si posible antecesor de los que luego dieron su apellido a la plaza.
LORENZO SOTO
Este ‑su más primitivo nombre conocido‑ se estuvo aplicando con ciertas lagunas desde 1587 hasta 1663, para después desaparecer y resurgir extrañamente en la época actual.
Lorenzo de Soto fue mercader de paños, con tiendas en la actual calle María de Molina. Tuvo problemas con la Inquisición, pero salió airoso. Una de sus hijas casó con el escribano Antón de Cazorla.
Después quedó absorbido el nombre de Lorenzo de Soto por el de la vecina plaza de los Méndez (hoy López Almagro).
Vecino importante de la calle ‑en la casa número 3, que tal vez conserve frescos suyos‑ fue el pintor italiano, pero enraizado en Úbeda, Julio de Aquiles, quien había decorado el Peinador de la Reina en la Alhambra granadina.
PLAZA DE ABAJO
La plaza Baja o de Abajo ‑desaparecida‑ formaba parte del tramo final de la Rúa (Juan Ruiz González). Debió estar situada al final de esta calle, a la derecha, dentro de la actual manzana de casas comprendida entre el palacio del Deán y el de Vázquez de Molina. Varias callejuelas partían de ella: la de Quiteria, de la Calancha y las Gradillas de Merlín, cuando menos.
Con soportales en todos o en alguno de sus costados, era el lugar donde se vendían los abastos para el consumo diario, por lo que a veces se la denominaba Plaza de las Vendederas. Aquí estaban el remojadero del pescado, las tablas del vino y del tocino y los cajones de cebada, productos que se complementaban con la presencia de la pastelería. Además, tenía uno o varios mesones. Lógico pues que, ante tanta actividad, los pregones ordenados por el Cabildo Municipal se diesen también aquí.
Como en la vecina del Mercado, sus casas eran propiedad de la nobleza y los conventos, que las alquilaban a mercaderes y artesanos. Algunas de tales viviendas habían sido adquiridas tras su confiscación, llevada esta a cabo por el Santo Oficio.
También era escenario de diversos espectáculos (especialmente la procesión del Corpus), por lo que los dueños alquilaban sus propiedades bajo la condición de que se les dejara cierto número de ventanas durante esas celebraciones. Además, la feria, que tenía su centro en el Mercado, también llegaba hasta esta plaza.
En sus aledaños (probablemente cerca del actual Pasaje de Jesús) se situaba, hacia la mitad del XVI, la Cárcel comunal.
Tomando ya contacto con el Llano del Salvador estaba la Fuente, que tomó su nombre de la propia plaza.

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