LECCIONES DE HISTORIA. 15. Guerra civil y Dictadura de Franco

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A día de hoy, este sigue siendo un tema escabroso. El franquismo, en pleno siglo XXI, sigue teniendo seguidores, y los pseudo-historiadores continúan en la corriente del revisionismo histórico. Ante este panorama, trataré de ser breve y resaltaré lo que considero más importante.

En primer lugar, la Dictadura de Franco se deriva de una cruenta Guerra civil que provocaron los militares que dieron un golpe de Estado contra la República, sin explicarme quien les dispensaba de la lealtad a una forma de Estado con toda la legitimidad.

Tras el golpe de Estado, fallido en principio porque resistieron las instituciones republicanas, hubo territorios donde triunfó, dando comienzo a la Guerra civil con toda su virulencia. Las ayudas determinantes del nazismo alemán y del fascismo italiano hacia el bando sublevado, sumadas a la política de no intervención del Reino Unido, que arrastró también a Francia, fueron imposibles de contrarrestar por las del Gobierno soviético, más limitadas, y de las Brigadas Internacionales, bastante inexpertas, hacia el bando republicano.

En cualquier manual democrático de Bachillerato puede seguirse la secuencia periódica de las fases de la guerra, que me llevaría mucho tiempo desarrollarlas. Solo las enunciaré.

  1. El paso del Estrecho, facilitado por la aviación alemana e italiana y llevado a cabo por las tropas africanas de legionarios y regulares, con la aportación de voluntarios-mercenarios marroquíes (no olvidemos que los militares golpistas procedían de las campañas en Marruecos; de ahí su apelativo de africanistas).
  2. La guerra de columnas, con la toma de Badajoz y su espeluznante represión como acontecimiento más importante.
  3. La presión fracasada del ejército franquista (ya puede dársele ese nombre) sobre la capital de España.
  4. La ocupación por parte de los sublevados de la cornisa cantábrica, con la riqueza añadida de la minería y la industria de la zona.
  5. La batalla del Ebro, con el desesperado intento republicano de darle la vuelta al desarrollo de la guerra.
  6. La separación de los territorios todavía dependientes de la República, tras la toma de Vinaroz.
  7. La conquista de Cataluña por los sublevados y el consiguiente exilio de medio millón de españoles hacia Francia.
  8. La conquista del ejército franquista del resto de los territorios que quedaba en poder de la República: Levante (con Cartagena), parte de Andalucía, y Madrid como capital de la “nueva” España.

El ejército sublevado, finalmente, tras casi tres años de una guerra injusta, llena de muerte y destrucción, entró triunfal en Madrid, proclamando el comienzo de una Dictadura fascista, que se impuso, mediante ejecuciones masivas, cárceles, campos de concentración y exilio, a una población aterrorizada y despojada de sus derechos y de sus bienes. Durante cerca de 40 años, la libertad fue desterrada incluso del propio lenguaje y los derechos solo se aplicaron a las personas e instituciones que apoyaron el bando usurpador.

España se quedó ciega, muda y sorda ante tanta ignominia. El terror selló las bocas y cerró los oídos de la mitad de la población española, que dejó de estar formada por ciudadanos libres.

A la altura de 2024, para vergüenza de España, Europa y el mundo civilizado, existen cientos de fosas comunes diseminadas por toda la geografía española, esperando que se cumpla la Ley de la Memoria democrática y puedan enterrarse dignamente los restos de cadáveres de los republicanos que fueron asesinados y arrojados a las cunetas. Difícil encomienda la de esta Ley, por la oposición de una parte de españoles (muchos autollamados patriotas) que odian cualquier ley que pretenda medidas justas y humanitarias.

Más de cien mil personas  permanecen en estas cunetas y fosas desde hace más de 80 años. ¿No nos abochorna?
 

 

  1. Guerra civil y Dictadura de Franco

 

Hay que imponer el terror, dijo Mola,

y Franco siguió el “consejo” ferviente,

acomplejado, sádico y demente.

España quedó ciega, muda y sola.

 

Un torbellino de espanto y aflicción

se esparció como en el desierto arena,

componiendo una pavorosa escena

de bombas, de muerte y desolación.

 

Y Queipo, ebrio de odio y de vino,

marcaba el ignominioso camino

de los regulares y legionarios,

 

sus brutales tropas descontroladas.

Falta Yagüe, con otros mercenarios:

gentes malas, crueles y desalmadas.

 

Cartagena, nov. 2022.

Juan Antonio Fernández Arévalo.

 

Autor: Juan Antonio Fernández Arévalo

Juan Antonio Fernández Arévalo: Catedrático jubilado de Historia

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