Otoñal y sabatina mañana, plena de bullicio turístico en Úbeda, muy apropiada para finalizar la última de las diez magníficas visitas anuales programadas por el Museo Arqueológico, bajo el lema “Conociendo Úbeda”. Y quién mejor que Antonio Almagro García, estudioso especialista en mostrar el edificio religioso más representativo de nuestra ciudad, para dirigirla…
Durante casi dos horas hemos estado buceando en la historia de esta renombrada colegiata, hoy Basílica Menor, asentada en el antiguo y semidemolido alcázar de Úbeda, tras circunvalar su perímetro callejero. Cual ser arquitectónico vivo, hemos comprobado que se han ido superponiendo y entremezclando diferentes estilos (gótico, mudéjar, renacentista, barroco, neogótico) mediante obras continuadas a lo largo de sus ocho siglos de existencia (desde 1259); hasta que, tras 28 años de permanecer cerrada entre el pasado siglo y el actual, abrió sus puertas para gusto de muchos y disgusto de bastantes por la edulcoración efectuada, especialmente en su interior, en el que casi ha desaparecido su luz natural, así como el bello contraste entre la cal y la piedra y sus marcas constructivas identificativas, produciéndose una penumbra permanente que solamente se palía con la costosa y deslumbrante luz eléctrica… También nos entristecimos al ver cómo este templo cristiano, asentado sobre una antigua mezquita, se ha transmutado en un monumento distinto al que fue originariamente, contraviniendo las leyes de restauración vigentes que exigían no mancillarla ni inventársela…
Hasta llegamos a soñar con la espectacular fachada, portada que pudo llegar a ser, al estilo de la plaza de San Pedro de Roma, con sus estatuas gigantes presidiendo la plaza más bonita y emblemática de nuestra ciudad patrimonial, en el momento candente en el que el catolicismo luchaba contra el protestantismo de entonces. Mas como no hubo dinero para ello, quedó para siempre ornada con sus dos espadañas identificativas que la coronan, a las que han añadido campanas con sonido a gloria…
Úbeda, 24 de octubre de 2015.