ASTUS

Hace unos meses se produjo el trigésimo aniversario de la fundación de una Institución tan importante para muchos como ASTUS.
Esta Asociación va ligada a Mario Arnaldos, un personaje señero en nuestra ciudad por sus muchas actividades políticas y sociales pero, especialmente, por ser el creador e impulsor de esta asociación -ASTUS- dedicada a la tutela y protección de personas con deficiencia mental.

Quienes tenemos hijos en esta situación no podremos agradecer suficientemente a Mario Arnaldos, primero, a Juan Antonio Gómez Pulido, después, a Joaquín Barberá, hoy, su entrega y dedicación a una de las causas más nobles, por las que merece luchar y entregar hasta el último hálito de nuestro esfuerzo personal.
Hace unos cuatro años que conozco ASTUS, pero ya valoro en su adecuada medida la actividad a la que se dedica. Aunque sólo fuera por haberme liberado, en parte, de la angustia que atenazaba y bloqueaba machaconamente mi entendimiento, bastaría para rendir, por medio de estas líneas, un emocionado homenaje a todas las personas que, de manera anónima y bajo la dirección de los presidentes antes citados, han dejado la huella de un desprendimiento poco común y la voluntad de colaboración en una empresa de trascendencia social inapreciable.
Es ASTUS una asociación que dirige, coordina, controla, impulsa (según los casos) a cuatro centros en Cartagena, que cubren las necesidades de estas personas con deficiencia mental desde que nacen hasta el final de sus vidas. El Centro «Virgen de la Caridad», de atención temprana; el Colegio «Primitiva López», para los niños en edad escolar; PROLAM, centro ocupacional, de empleo y producción; y el Centro Residencial «El Cobijo», que cierra el ciclo.
Estos centros llevan a cabo la hermosa tarea de hacer útiles y, sobre todo, felices en su propia actividad, a personas a las que la Naturaleza ha mermado en su inteligencia. Contemplar a estos seres queridos satisfechos y gozosos con la labor que realizan y comprobar que esta labor, en muchas ocasiones (como ocurre con PROLAM), alcanza cotas de altísima calidad, constituye un orgullo, en primer lugar, para las personas deficientes, pero que no debe ser menor para quienes confían en ellos.
Si antes se predicaba la compasión y el paternalismo para estas personas, hoy debemos reclamar a la Sociedad y a las Instituciones que de ella emanan toda la ayuda económica y legal necesarias para desarrollar este torrente potencial, hasta ahora desconocido, protagonizado por unas personas capaces (subrayo) de devolver con creces lo que en ellas se invierta económica y humanamente.
ASTUS representa a estas personas. Merece la pena conocerla y ayudarla.
Cartagena, 29 de enero de 1998.
(91 lecturas).

Autor: Juan Antonio Fernández Arévalo

Juan Antonio Fernández Arévalo: Catedrático jubilado de Historia

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