Por Mariano Valcárcel González.
«Recordad “El Álamo”!», gritaban los texanos en el siglo diecinueve, para justificar su ocupación y anexión del territorio que antes había pertenecido a España y, en ese tiempo, era del estado mexicano. Las tropas de Santa Anna, general dictador, atacaron y destruyeron aquella antigua misión, donde se habían hecho fuertes los ocupantes; mera distracción para consolidar la llegada de las fuerzas de Huston.
Habría que recordarle ahora, a Trump, que aquello fue una invasión y ocupación de territorio mexicano por colonos y aventureros que procedían del norte, anglosajones emigrantes principalmente, que buscaban tierras y materias primas (mejor, si oro), a costa de robárselas a los sucesores del imperio español, indios incluidos. Migración inicialmente pacífica que, tarde o temprano, terminaría en violenta. La historia ya está escrita y no hay que olvidarla.
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