Cuéntame un cuento

Este era un país en el que todo funcionaba porque no había más remedio y porque sus habitantes se dedicaban a ello. Y porque las relaciones entre estos eran tan particulares que se tornaban con frecuencia en vínculos de fuerte amalgama y soldadura, unidos por el interés y la dependencia.

Era que se era un país en el que cualquier empleo o cargo, cualquier puesto de trabajo, se conseguía apelando a un recurso al que se le decía popularmente “por enchufe”.

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