¡Que sí, que tienen razón!, que me he dado cuenta ahora, torpe de mí, dándole vueltas al tema sin necesidad; que la evidencia era tan palpable, tan estaba ahí en la certeza de los hechos, clara y diáfana, que de tanto verla no la reconocíamos ni la queríamos saber.
Sí; Cataluña tiene razón.