(José de Ribera, el spagnoleto)
Cuando se citan los principales pintores españoles de la historia siempre figuran los mismos: Velázquez, Goya, Picasso y, si acaso, El Greco. Y es verdad, pero Ribera, como algunos otros que iremos comentando, no es un pintor menor o de segunda fila sino un grande con luz propia.
No es solo el pintor tenebrista, seguidor de Caravaggio, como nos han repetido. Es verdad que bebe en la fuente del pintor lombardo y que su influencia le condiciona en muchos de sus cuadros, lo que no es obstáculo para que tenga vuelos propios, que dulcifique el tenebrismo radical de Caravaggio, haciéndolo más sutil, más comedido en sus soluciones de luz y de sombras y que tome también su naturalismo como denuncia social o como expresión de una realidad que se pretende esconder.