Manuel Jurado López nació en Sevilla en 1942. Compagina la poesía, la narrativa y el ensayo. En prestigiosas revistas literarias españolas, hispanoamericanas y europeas ejerce la crítica literaria. Ha sido codirector de la editorial sevillana Dendrónoma y coordinador de la Antología General de la Poesía Andaluza. El Ministerio de Cultura le concedió en 1990 una de las Ayudas a la Creación Literaria. Entre 1991 y 1992, por distintos periodos, estuvo becado por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía para estudiar e investigar la poesía suiza contemporánea en la Universidad de Lausanne bajo la dirección del profesor Antonio Lara y de Jose‑Flore Tapy. De estos estudios surgió su obra Antología de la poesía suiza contemporánea,que se publicó gracias a una de las ayudas a la edición de la Fundación Pro Helvetia de Suiza. Ha viajado por distintos paises de Europa y Oriente Próximo y dictado conferencias en las universidades de Ginebra, Lausanne, Berna y Konstanz y en centros culturales de Suiza, Portugal, Alemania y Siria.
Poemas y relatos suyos han sido traducidos al alemán, francés, italiano y árabe. Diversas antologías españolas y extranjeras incluyeron sus poemas. Su obra, tanto poética como narrativa, ha sido reconocida con destacados premios literarios en España, USA, Suiza y Siria.
PUBLICACIONES
Obra narrativa
A) Libros de relatos
Memoria de la tierra y otros relatos (Premio Aljarafe. Sevilla, 1981).
Relatos de Taifas (Madrid, 1994).
Seda Italiana y otros relatos (Premio Alfonso Grosso. Sevilla, 1997).
B) Novela corta
Memento de los pavorreales (Premio Felipe Trigo. Badajoz, 1985).
Olvida Paros (Premio Ciudad de Alcalá. Alcalá de Henares, 1991).
El filósofo en su jaula (Premio Felipe Trigo. Badajoz, 1993).
La otra mitad de un pájaro (Novela juvenil. Málaga, 2000).
C) Novela:
Tristula (Premio Navarra. Pamplona, 1985).
Las pirámides de sal (Premio Constitución. Badajoz, 1990).
El caballero de la melancolía (Premio Ciudad de Irún. San Sebastián, 1992).
El bebedor de bourbon (Premio José A. Gabriel y Galán. Badajoz, 1995).
Los territorios del aire (Premio Fray Luis de León. Valladolid, 2001).
El bereber (Premio Diputación de Córdoba 2003. Córdoba, 2003).
Obra poética
Va madurando el tiempo (Sevilla, 1976).
Piedra adolescente (Premio Ciudad de Palma. Palencia, 1978)
Ejercicio dual (Sevilla, 1979).
Elemental liturgia (Madrid, 1979).
La constante falacia del espejo (Premio Rafael Morales. Talavera de la Reina, 1979).
De Amore (Sevilla, 1982).
Doble Filo (Premio Ana de Valle. Avilés, 1986).
Poemas Aljarafies (Premio Rosa de Damasco. Damasco, 1989).
País de invierno (Premio Pérez Embid. Madrid, 1992).
Música y nieve (Premios Literarios Jaén. Granada, 1992).
Manuscritos de Berlín (Premio Juan Alcaide. Valdepeñas, 1993).
La ciudadela (Premio Ciudad de Alcalá. Alcalá de Henares, 1993).
Viajero en el desierto (Premio Arga. Pamplona, 1993).
Poemas de Ginebra (Premio Tiflos. Madrid, 1993).
El cantor de boleros (Premio Esquío. El Ferrol, 1995).
Tango del amor extranjero (Premio Emestina de Champourcin. Vitoria, 1998).
Poemas (1976‑2001) Antología. Ediciones del Área de Cul tura. Excmo. Ayuntamiento de Sevilla. Sevilla, 2002) El viento y las cenizas (Córdoba, 2002).
El viento y las cenizas (Córdoba, 2002).
Oratorio de Gaza (Premio Ángaro, 2004. Colección Ángaro. Sevilla, 2004).
El invitado incómodo (Premio Ciutat de Palma, 2004. DVD ediciones. Barcelona, 2005).
La luz es una espada (Premio Internacional Miguel Hernández, 2005. Hiperión. Madrid, 2005).
Obra dramática
Las virreinas (Premio Buero Vallejo. Guadalajara, 1995).
Otras publicaciones
La poesía sevillana de los años setenta. Ensayo (Sevilla, 1980).
Poesía suiza contemporánea. Ensayo y antología (Alicante, 1993).
PRESENTACIÓN
La trayectoria literaria ‑tanto poética corno narrativa‑ de Manuel Jurado López tiene un importante punto de referencia en su prolongada estancia en Suiza durante seis años consecutivos, con esporádicas visitas posteriores de mayor o menor duración, durante otros cuatro años más. Esta década (1982‑1993) dedicada a la enseñanza y a la investigación ‑mayoritariamente en la zona germánica de Suiza‑, este contacto intenso con la cultura y la sociedad suiza, su participación en proyectos educativos conjuntos con instituciones hispano‑helvéticas, sus estudios sobre poesía suiza contemporánea, sus colaboraciones en diversas publicaciones literarias, su participación en conferencias, reuniones y coloquios no sólo en Suiza sino en Alemania, y su amistad con escritores e hispanistas suizos como Rudolf Peyer, Hans Leopold Davi, Erica Engeler y, sobre todo, Erna Brandenberger y Antonio Lara ‑de la Universidad de Lausanne este último‑, solidifican una inquietud plural y europeísta, innata ya en Manuel Jurado, que propicia una apertura temática, ideológica, estética y estilística de notable repercusión en sus textos literarios. De tal manera que, como señala el profesor Lara, en la obra literaria de Manuel Jurado López se pueden diferenciar claramente tres etapas. La primera iría desde 1976, año de la publicación de su primer libro de poemas Va madurando el tiempo, a 1982, año del comienzo de su estancia más prolongada en Suiza. De este periodo, además del libro ya citado, hay que destacar Piedra adolescente (1978), Ejercicio Dual (1979), Elemental Liturgia (1980) y De Amore (1982); y Memoria de la tierra y otros relatos (1981), su primera incursión en la narrativa.
En los poemas de esta primera etapa es persistente una línea existencialista entroncada con la literatura clásica española (Quevedo, Unamuno, por ejemplo), junto a un dominio de la métrica tradicional básicamente en heptasílabos y endecasílabos blancos. Utiliza un léxico rico y vibrante, cargado de simbolismos e imágenes brillantes, con metáforas arriesgadas muy cercanas al surrealismo, que a veces dificultan la limpieza de su pensamiento sustancial. Tres son los temas centrales de este periodo: la muerte, la vida y el amor; acompañados de otros tres colaterales e interrelacionados: el desengaño, el olvido y la soledad. Es la etapa en la que la preocupación de Manuel Jurado es llegar al conocimiento del hombre, del propio yo.
La segunda etapa corresponde al periodo que va desde 1982 a 1993. La “etapa helvética”. En su viaje a Suiza lleva ya comenzados algunos libros de poemas, su primera novela larga y varios relatos. Estos textos sin terminar serían reelaborados durante los primeros años de su estancia en St. Gallen. No podemos considerarlos, pues, “plenanente helvéticos”, pero sí que en ellos aparecen los primeros indicios de su “helvetización”. Son los poemarios Doble Filo (1986), País de invierno (1992) y La ciudadela (1993), así como la novela larga Las pirámides de sal (1990) y Memento de los pavorreales (1985), un relato.
Los libros escritos completos ya en su estancia en St. Gallen son Manuscritos de Berlín (1993), Poemas de Ginebra (1993) ‑fruto de sus frecuentes viajes a esta ciudad‑ y sus novelas Trístula (1985), El caballero de la melancolía (1992) y el relato El filósofo en su jaula (1993).
En sus poemas aparecen la intensificación de la ironía, el distanciamiento crítico de la realidad española y el acercamiento a la cultura suiza con “la mirada del otro”. Una poesía civil y con cierta carga denunciativa. Simultanea un lenguaje cotidiano con imágenes cinematográficas y de densidad expresiva. El verso pierde su ritmo tradicional para adquirir una narratividad que busca una nueva fraseología cercana a la musicalidad lingüística del dialecto suizo. De ahí que muchos de sus textos se convierten en “prosopoemas”, fórmula que no era nueva porque ya la había ensayado en De Amore (1982) y Doble Filo (1986), pero que acaba por encontrar su máxima expresión en Poemas de Ginebra. Su tema central es el conocimiento del hombre, pero en sentido universal. La búsqueda del yo ha quedado relegada y ahora el poeta se convierte en un voyeur impenitente con tintes eróticos, a la vez que en un crítico reflexivo e irónico.
La tercera etapa, la posterior a 1993, está, sin embargo, marcada por la “herencia helvética” y un largo viaje realizado en 1989 por Siria. De Suiza se trae, como sucediera en la primera época, textos inconclusos, apuntes para varios poemarios, relatos y novelas. El bebedor de Bourbon (1995), novela de temática casi exclusiva suiza, y su relato Seda italiana (1997) son claras muestras de esta herencia. Ya con menor intensidad, en los libros Música y nieve (1992), El cantor de Boleros (1995), Tango del amor extranjero (1998) son perceptibles aún ciertos rasgos deudores de la etapa anterior. Hermoso es el libro Viajero en el desierto (1993), que nada tiene que ver con todo lo anterior, salvo en la persistencia del prosopoema, “la actitud de voyeur”, el uso de la “mirada del otro”. Es una etapa ya más reflexiva, más escéptica, en la que se dulcifica la ironía y se asoma el deseo de soledad retirada, de distanciamiento físico y vuelta a la intimidad. Intuimos como si el poeta estuviera haciendo continuos gestos, apenas perceptibles, de despedidas. Sin embargo, es el periodo de su novela más vitalista y mágica: Los territorios del aire (2001) y su libro Relatos de Taifas (1994). En esta etapa del “retorno español” va a ir recuperando otra vez los ejes centrales y colaterales de su etapa incial: la vida, la muerte, el amor, la soledad, el desengaño y el olvido. Con gran insistencia, estos últimos.
Es digno de destacar en la edición de su obra el bienio 1992‑1993, etapa en la que ven la luz un núcleo importante de los libros escritos en su estancia en Suiza, tan fértil creativamente hablando.
Claro ejemplo de todo lo que llevamos dicho es este libro, Descripciones y olvidos. Territorios recuperados que ya no son los mismos. Lugares que guardan la fuerza de los recuerdos, la decadencia que el tiempo ha impuesto por ley natural y personajes como fantasmas que deambulan sin encontrar corporeidad definitiva, si no es en la memoria del poeta. Y una clara reflexión sobre la creación poética, tan sólo insinuada en algunos poemas de libros anteriores. La recuperación de los pasos perdidos se convierte en el tema central de este libro. El tiempo diluido fluye entre los versos, tejiendo una tela finísima de sugerentes imágenes, “estampas rescatadas del olvido”. Casi todos los poemas tienen una historia ordenada en beneficio de una “historia superior” y configuran una trama casi argumental. La narratividad, lógicamente, predomina, pero es sólo la máscara de una piel más intimista y subjetiva. Es un libro que reúne casi todos los elementos definitorios de la poesía de Manuel Jurado.
Arno Schweizer.
Zurich, octubre de 2002.
Zurich, octubre de 2002.
Nota: Los títulos de las obras de Manuel Jurado figuran con la fecha de publicación y no con la de su escritura.
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Publicado en: 2006-02-19 (65 Lecturas).