Reflexiones

(En una tarde lluviosa, por más señas)

 

REFLEXIÓN 1.ª
Ante un texto escrito, la interpretación es distinta según el lector: “En este mundo traidor nada es verdad ni es mentira…”. ¿Os imagináis la de interpretaciones que pueden darse si además hay una traducción por medio? Aquí entran en juego más de dos personas. El escritor, el intérprete y el intérprete final, es decir: el lector a quien va dirigido el escrito. La deducción final puede que no se parezca en nada a lo que el autor de la idea primigenia quiso transmitir. Pueden darse tres casos: que todos lo interpreten mal –aunque no necesariamente tengan que coincidir en su interpretación‑, que todos lo interpreten bien, o que unos lo interpreten bien y otros mal. ¿Sabéis por donde voy?

REFLEXIÓN 2.ª
Si los jueces y magistrados sólo tienen que aplicar la Ley ‑la ley escrita, que es la primera fuente del Derecho‑, yo me pregunto: ¿a qué viene el interés de los partidos en nombrar para todos los estamentos del poder judicial a quienes estén próximos a su pensamiento? ¿Acaso a algún alumno le importa la ideología política de su profesor de Matemáticas? ¿Nos preocupa a qué partido pertenece el director de nuestro banco cuando vamos a pedirle un préstamo? ¿Su trabajo y sus resoluciones se verán afectadas por su ideología? Dos más dos serán cuatro, el teorema de Shanon tendrá la misma interpretación y el Euríbor se aplicará de la misma forma a nuestro préstamo, independientemente de sus preferencias y opciones políticas. ¿Sabéis por dónde voy?
REFLEXIÓN 3.ª
Los irlandeses odian a muerte a los ingleses, odio que nace y se cuece en el largo período de dominación británica. El gaélico, idioma primitivo de los irlandeses, de raíz latina, fue reemplazado, como suele ocurrir siempre, por el del pueblo invasor. Hoy en día, después de haber pasado muchos años desde la independencia de Irlanda del poder opresor, sigue siendo el inglés el idioma oficial. El gaélico se ha recuperado y se usa como valor testimonial y cultural. Hubiera sido una gran pérdida para la cultura la desaparición de este idioma. La finalidad del lenguaje es la de transmitir un pensamiento y a cuanta más gente mejor. Los irlandeses han demostrado que son gente inteligente al elegir el inglés como lenguaje de comunicación y fomentar el gaélico como valor cultural. ¿Sabéis por dónde voy?
REFLEXIÓN 4.ª
Se escandaliza Maragall porque el Presidente del Tribunal Supremo dice: “No me importaría aprender catalán cuando fuere a Cataluña, al igual que no me importaría aprender sevillanas cuando fuere a Andalucía”, (no sé si mi transcripción refleja fielmente lo que quiso decir, aunque lo he procurado con ahínco). Independientemente de la idoneidad del cargo que ocupa el transmisor de tal pensamiento para hacerlo público ‑cuestión que no me meto por ahora a valorar‑, ni qué decir tiene que es totalmente lógica y pragmática su afirmación. Maragall, como se cree muy listo y para despreciar la comparación sin que los andaluces nos sintamos ofendidos por ello, dice que esa comparación ofende también a los andaluces. Pues no señor mío, esa comparación a mí no me ofende, ni creo que le ofenda a ningún andaluz. Me ofende que Maragall se sienta ofendido por la comparación. Creo que me explico a pesar de lo enrevesado de mi exposición. ¿Acaso se hubiera sentido ofendido si Hernando hubiese dicho?: “Me gustaría aprender catalán cuando fuere a Cataluña al igual que me gustaría aprender Derecho Internacional cuando fuere a la Universidad de Harvard”. Y no sé si en Harvard saben mucho de Derecho Internacional, pero si sé que la frase queda muy bien, muy cultural, y no se hubiese sentido ofendido por la comparación. Ahora creo que sí sabéis por dónde voy. Y espero una veraz interpretación de mi pensamiento mucho más amplia de la que mi exposición escrita ha sabido transmitir. Esa es una más de las muchas cualidades del idioma.
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Publicado en: 2006-01-27 (56 Lecturas)

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