Una de diccionario

He recibido de Manuel Verdera el siguiente correo:
«José María, al leer tu interesante artículo sobre el «cuyo/a» me acordé de una carta que envié al Diario de Cádiz y que no publicaron, no sé si porque es un bodrio, aunque algunas de las que publican son para echarse a llorar, o porque no saben admitir la crítica. Yo me conformaba con que al menos corrigieran el fallo en lo sucesivo: craso error, porque siguen tropezando en la misma piedra. De todas formas yo te la remito para que la valores y veas la conveniencia de su inserción en la página web. Un abrazo».

Veo, cada vez más frecuentemente, que la prensa en general adolece de errores ortográficos. Sin dejar de ser esto un defecto muy importante, al menos no cambia el pensamiento que se quiere transmitir, función primordial del lenguaje tanto oral como escrito. Es peor, a mi entender, el incurrir en errores semánticos. El significado del morfema no es algo subjetivo y usado a voluntad por quien lo utiliza; si así fuera, la lectura y la comunicación oral nos llevarían a un ejercicio continuo de adivinanza —ejercicio que todos, más de una vez, estoy seguro, habrán realizado al leer la prensa—; y aunque algunas veces dicho significado pueda verse “retocado” por el contexto, nunca debería, salvo que se intuya de manera clara el carácter irónico del mismo, transmitir una idea totalmente distinta de la que en realidad expresa.
Pongo como ejemplo la noticia aparecida en el Diario de Cádiz de 23/11/03, cuyo titular es: “EL AYUNTAMIENTO PROYECTA YA EL PARQUE JUNTO AL PASEO MARÍTIMO” y en la que en uno de sus párrafos, textualmente, se lee: «Se quiere ubicar un centro cultural para dar servicio a una zona de la ciudad donde se adolece de este tipo de equipamientos».
No es la primera vez que el verbo adolecer aparece en su diario con un significado totalmente opuesto al suyo. Se quiere decir que esta zona carece de este tipo de equipamientos, (en este caso, más que una adivinanza, sería una deducción lógica, aunque no estaría de más poner otro centro cultural donde ya existe uno) cuando en realidad se está escribiendo lo contrario.
A continuación y como nota aclaratoria, por si existiera alguna duda al respecto, transcribo la respuesta del Departamento de español de la RAE a mi consulta sobre el uso del verbo adolecer y espero que su diario no se vea en el futuro, junto con Tiempo, en el ejemplo del punto 2 en donde se describe claramente el mal uso de este verbo.
1. En su acepción más habitual, ‘tener algún defecto o sufrir de algún mal’, es intransitivo y se construye con un complemento introducido por la preposición DE, que expresa el defecto o el mal: «El tono que empleaba Pura en todos sus comentarios no solo era excesivamente frío, sino que adolecía DE insolencia» (MtnGaite Fragmentos [Esp. 1976]); «Los hijos adolecíamos DE taras neuróticas». (Chávez Batallador [Méx. 1986]).
2. Es incorrecto usar este verbo con el significado de ‘carecer’: «No solo adolecen de un entrenamiento adecuado, sino también de los mínimos recursos técnicos para su movilización». (Tiempo [Col.] 21.1.97).
16-10-04.
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