Por Fernando Sánchez Resa.
En nuestra vida diaria, muchas veces -sin quererlo o ansiándolo- cada uno de nosotros vamos adquiriendo una serie de pequeñas y/o grandes esclavitudes, tiranías al fin, que nos atenazan el presente e hipotecan nuestro futuro, por ir cediendo terreno paulatina y continuamente, tanto en lo personal como en lo social, al no querer-saber plantarnos ante el aprovechamiento ajeno patente.