Por Mariano Valcárcel González.
Ya es hora de poner los puntos sobre las íes y hablar claro sobre el problema (sea en efecto o no lo sea) de la inmigración. Se entiende, claro está, que me refiero a la inmigración proveniente de África y otras zonas subdesarrolladas o que padecen violencia extrema y perdurable y, en menor medida, a la que se da desde los países americanos.