Por Dionisio Rodríguez Mejías.
7. Pican, pican.
Sacó el talonario del bolsillo de la americana, lo abrió con cuidado, rellenó un cheque y se lo entregó a Portela con discreción.
―¿Al portador y sin barrar?
―Por favor, un caballero debe ser confiado cuando la persona con la que trata se lo merece. Pregúntale a un empresario como el señor Barroso, y te dirá lo mismo que yo; que los errores no se evitan con desconfianza, sino haciendo las cosas con cuidado. ¿Verdad amigo mío?
―Así es; sí señor.