“Los pinares de la sierra”, 182

Por Dionisio Rodríguez Mejías.

7. Pican, pican.

Sacó el talonario del bolsillo de la americana, lo abrió con cuidado, rellenó un cheque y se lo entregó a Portela con discreción.

―¿Al portador y sin barrar?

―Por favor, un caballero debe ser confiado cuando la persona con la que trata se lo merece. Pregúntale a un empresario como el señor Barroso, y te dirá lo mismo que yo; que los errores no se evitan con desconfianza, sino haciendo las cosas con cuidado. ¿Verdad amigo mío?

―Así es; sí señor.

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