Características biológicas, 2

28-05-2012.

Morfología.

La pintada es llamada por los agricultores gallina de Guinea por su parecido morfológico (fig. 9) con la gallina doméstica (Gallus gallus L.), aunque su aspecto varía según que el animal esté inclinado sobre el suelo o alzado, en cuyo caso su figura se estiliza, presentando el cuerpo ovoide con un cuello delgado y cónico, y la cola inclinada hacia abajo, con una longitud total de 53 a 63 cm y una cuerda alar de 247 a 276 mm.

 

Fig. 9. Características morfológicas más destacadas del cuerpo de las pintadas.

La cabeza es pequeña, más bien corta pero ancha, libre de plumas y recubierta de una piel blanca ligeramente azulada con pequeñas manchas pigmentarias de color negro; el color azul de la piel se acentúa más alrededor de los ojos y debajo del cuello; en esta zona destaca este color originando una especie de corbata. Lo más peculiar son los apéndices que adornan su cabeza (fig. 10), dándole un aspecto muy característico; estos apéndices son: un casquete o cresta córnea de forma piramidal y color pardo rojizo, y un par de barbillas insertadas en la base del pico sobre una zona pigmentaria negra violeta, que presentan un color rojo coral.

Fig. 10. La cresta córnea que corona el cuerpo del ave, la carúncula sobre el pico y las barbillas colgantes caracterizan la cabeza de las pintadas.

El pico, que presenta una longitud de 23 a 26 mm, es de color córneo, fuerte y curvado, situándose sobre él una pequeña carúncula que determina el límite entre el pico y el cráneo. El cuello es liso, presentando de forma espaciada en su parte media unas finas plumas que forman una especie de crinera poco poblada. Los tarsos pueden aparecer más o menos pigmentados en tonos grises o negruzcos, y el pulgar se en­cuentra más elevado con relación a los otros dedos. El plumaje gris perla presenta una tonalidad uniforme, azulada y brillante, siendo características las pequeñas manchas blancas en forma de lenteja que aparecen en todo el cuerpo, excepto en el pecho y en el cuello. Las plumas presentan una distribución en sierra en las alas y son de mayor tamaño según se acercan a la parte inferior del plumaje.

Esta ave puede alcanzar un peso superior a los 2 kg de peso vivo en el individuo adulto y, por su abundante plumaje, el cual sobrepasa los 100 g, aparenta un tamaño superior al que poseen en realidad. Su esqueleto está adaptado para realizar vuelos cortos y potentes, semejantes a los vuelos que realizan otras aves similares a ellas como la perdiz o el faisán. Para ello, sus huesos, principalmente el cinturón escapular, la columna vertebral y los huesos de la cabeza entre otros, han evolucionado morfológicamente con el fin de disminuir su peso; por su parte, los huesos de las patas, desprovistos de espolones, están muy bien adaptados para la marcha y la carrera.

Desarrollo.

Las hembras pueden poner más de 150 huevos (fig. 11) al año, presentando éstos una longitud de 44 a 58 mm, por lo que son más pequeños que los de las gallinas, siendo también más redondeados que los de estas y con la cáscara más gruesa, de tonalidad amarillenta o café pálido salpicada de una fina punteadura oscura, aunque a veces pueden ser casi blancos. Siguiendo la comparación con los huevos de gallina, los de pintada son más pequeños pero más densos, con un peso medio de 48 a 49 g; esta característica es muy interesante ya que atenúa los problemas de transporte de los mismos, necesitando menos volumen y presentando mayor resistencia a roturas y fisuras.

Fig.11. Los huevos de pintada, algo más pequeños que los de gallina, se identifican muy bien por unas finas punteaduras del cascarón, que es grueso y resistente.

El nido suelen situarlo debajo de algún arbusto o macollo de pasto, siendo una simple depresión en el suelo que forran de paja y plumas; el tamaño normal de la puesta oscila entre los 5 y los 20, realizando la misma en un único nido o en nidos colectivos. La encargada de la incubación es la hembra, mientras que el macho defiende el nido, tanto en el periodo de puesta como en el de incubación, característica propia de las aves monógamas. El tiempo de incubación oscila entre los 24 y los 28 días, aunque de media la incubación dura 27 días, al término de los cuales nacen los pintadones.

Los pintadones (fig. 12) recién nacidos son de un tono moreno‑rojizo, presentando cinco franjas longitudinales de color negro en la cabeza, con el dorso rayado y punteado por franjas y manchas negras, el vientre lo tienen amarillento y las patas y el pico son de color rojo. Estos pintadones presentan filoplumas en las zonas de la cabeza y el cuello; estas zonas quedarán desnudas al caer estas filoplumas durante la muda, siendo en este momento cuando la piel que recubre estas zonas se pondrá turgente y se infiltrará de pigmentaciones, comenzando a adquirir las tonalidades que presentarán en el estado adulto.

Fig. 12. Los pintadones recién nacidos tienen cinco franjas longitudinales de color negro en la cabeza.

Transcurridas unas siete semanas desde el nacimiento, las pintadas adquieren todo su vigor, alcanzando la madurez; en el estado adulto, la hembra es más pesada que el macho, llegando a su madurez sexual antes que este. Esta pintada adulta ofrece una gran resistencia a las inclemencias del tiempo, exceptuando las temperaturas extremadamente frías que perjudican su desarrollo y paralizan su crecimiento, comprobando en explotaciones extensivas, existentes en la provincia de Badajoz, donde las pintadas viven al aire libre, que su desarrollo es muy semejante durante todo el año, exceptuando los periodos en los cuales se alcanzan las temperaturas mínimas, que suelen rondar los -3° C, y las máximas, que rondan los 44° C.

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