30-09-2011.
Muy cansado estaba Alfonso cuando volvió del casino. La disminuida dosis de cocaína que se había tomado antes de irse a jugar a la ruleta no había logrado apaciguar su estado de ansiedad y de fatiga. Llegó a preguntarse si la importante reducción de la dosis que le había impuesto el doctor chino no sería un desacierto. Por otra parte, no consideró oportuno ni necesario preguntarle al médico si, dada su edad, las frecuentes visitas a las «delicias asiáticas» de los jacuzzis, como las llamaba su amigo León, podían repercutir negativamente en su estado de ánimo o incluso en su salud. Pero Alfonso pensaba que eso de los jacuzzis era cuenta suya y que no tenía por qué contárselo al médico.