26-09-2011.
Cuando entró en el hall del casino, Alfonso se extrañó de ver que Maurice estaba solo.
—¿Y Angelo? ¿Le ha ocurrido algo? —se preocupó Alfonso—.
—Angelo vendrá más tarde —le contestó Maurice—. Ahora está haciendo su ejercicio de concentración mental, como lo haría un ajedrecista en la final de un gran torneo o un atleta antes de correr los cien metros lisos. Entre tanto, si te parece bien, vamos a la ruleta.