Un puñado de nubes, 68

14-09-2011.

La última semana en la playa León tuvo un fuerte dolor en el pecho. No quiso asustar a su hija. «¡Ya se le pasaría!», pensó. Echó mano a la cafinitrina. Sin embargo, no podía dormir por las noches. Agazapado, aguardaba el ataque del dolor, de la opresión en el pecho. Cada respiración, cada punzada extraña, cada sonido raro en el interior de su cuerpo, cada crujir de huesos le parecían síntomas evidentes de algo grave. «Todo se va a acabar de un momento a otro».

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