17-03-2011.
Hace tres días, al consultar el correo, encontré un e‑mail. Al leerlo, me dio un vuelco el corazón. Decía así:
Querido y buen amigo:Regalar recuerdos puede ser triste, pero también hermoso. Muchas gracias por traer a mi memoria unos antiguos versos: Aunque mis ojos ya no puedan ver ese destello que me deslumbraba. Aunque nada le pueda devolver su esplendor a la hierba y la gloria a las flores, no debemos afligirnos. La belleza siempre permanece en el recuerdo. ¡Cómo me gustaría volver a verte! Envíame tu teléfono móvil. Te llamaré. Un abrazo: Roser.
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