11-03-2011.
—¡El examen!
—Eres un sinvergüenza.
—Tengo que ir a la Facultad.
—No vas a ir, por drogata y vago.
—¡El coche, no recuerdo dónde aparqué el coche!
—Nunca has tenido coche, imbécil.
—Iré en taxi.
—Se acaba el tiempo.
—¡Caigo al fondo de la simaaaaa!
—No has estudiado suficiente.
—No hay luz.
—¡Eres un fornicador y arderás en los infiernos!
—No estoy ni aquí ni allí.
—Necesitas amo.
—Amalia, ¿por qué me haces esto? Ten compasión.
—No soy Amalia, soy tu profesor de Lengua.
—¡Tengo un examen a las diez!
—Óyeme bien: estás SUSPENSO.
—¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!