Una tremenda profecía

29-09-2009.
Terminado el verano y sus posibilidades de ocio, de largarse a otros pagos, de solazarse en pecaminosas entretentas, entonces, dicen los expertos (que de todo hay en este mundo y nunca faltan los que se declaran expertos en algo o en alguien) que nos asalta el síndrome de las posvacaciones, del que se ve que es igual o peor síndrome, por sus efectos, que el prevacacional.

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La vida que alegró su vida, y 3

28-09-2009.
Seguía Burguillos penduleando, que era su forma de vida. Viajes y viajes a Ciudad Real. El recuerdo, el tirón de los niños abreviaba sus estancias. Y, a veces, se le interfería perjudicial en sus negocios. Al gran cariño que por ellos sentía se le sumaba, subrepticiamente, la íntima negativa al compromiso.

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Prosa poética, 2

26-09-2009.
154
Carta a Valle en el Día de los Enamorados
Ideal, 14-02-1987.

Me diste la sorpresa un día nublado de febrerillo el loco, cuando los vientos de Sierra Nevada bajaban blancos y crecidos, como copos de novia. Yo intentaba capear el temporal de este invierno del alma, apretado mi cuerpo en el cerebro de Hominal presencia y rehaciendo, como siempre, el interminable crucigrama de la vida.

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Villanueva. Historias de los primeros años, 1

25-09-2009.
El silbato de don Rogelio ponía fin a nuestro corretear por el escaso campo de juegos del colegio. Dos toques de silbato seguidos, el primero de aviso y el segundo corto y enérgico, enmudecían a aquella tropa que, en silencio, corría a formar filas ante el mástil de la bandera. A la cabeza de las filas, don Antonio, don Carmelo y don José Alarcón, los maestros que, a continuación, nos acompañarían a nuestras clases.

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La vida que alegró su vida, 2

22-09-2009.
Cada año, Burguillos renovaba gentes, muchachos, como el dueño de un prêt‑à‑porter renueva existencias y modelos. A cuánta gente buena, encantadora, había sentado a su mesa, durante su larga vida de educador… Y cuando sonó la hora, se fueron, llevándose algo. Y vinieron otros y otros, que también se marcharon… Y él, a veces, se sentía tan solo y triste, cambiando de amigos como quien cambia de periódicos, que alguna vez temió morirse de frío.

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