Manolito

«Y este labrado mármol enseñaba, en bulto y muy a las veras, los trabajos del dios Hércules. Y fue de ver que Manolito se emocionó de tanta belleza y se quedó embobado y le pasó la punta de los dedos, a Hércules, por la desnuda espalda abajo siguiendo la horquilla de la rabadilla, a lo que fray Jordi carraspeó un poco y me miró con una media sonrisa cómplice».
Juan Eslava Galán, En busca del unicornio, cap. V.
 
Este libro se lo he puesto de lectura obligada a mis alumnos y todos me han dicho que es muy aburrido, que está escrito en castellano antiguo, que ni piensan terminar de leerlo…
La comprensión lectora de la gente joven está por los suelos, igual que su sentido de la responsabilidad. Están acostumbrados a la televisión, con sus programas de poca monta cultural, que les inyecta una actitud pasiva, y a su mensaje oral, que siempre se apoya en el contexto sonoro, gestual y situacional. Si le quitas eso y le pones un frío texto escrito, su imaginación se queda en negro. Desconectan la pantalla de su televisor mental.

¡Qué imagen más sensual!: «le pasó la punta de los dedos, a Hércules, por la desnuda espalda abajo siguiendo la horquilla de la rabadilla». Pues no la disfrutan. Les parece algo incomprensible, porque no ven el gesto, la situación, el plano… Es más: prefieren ver un cuento a que se lo cuenten. Si yo les explico este momento, sonríen, y se animan; a los dos párrafos se ha agotado su buena voluntad lectora.
Este es el camino del fracaso editor. Ahora conviene seguir disfrutando —ya que nuestros alumnos no quieren o no saben hacerlo con los textos escritos— de lo que nos cuenta Manolito, al que «se le iban los ojos por mis partes. Y él, en un arrebato de generosidad, abrió uno de los arcones que allí estaban y extrajo dél un frasco de aceite de olor del que me vació medio en el baño. Y el aceite olía lo mismo que su dueño, lo que me preocupó, porque no quería que en mi primera comparecencia ante el Rey nuestro señor pudiera su majestad persuadirse de que también yo era del bando de su paje».
 
Le agradezco al paisano Eslava Galán que por un momento me haya sentido el protagonista macho de su novela.
19-01-04.
(78 lecturas).

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