Por Dionisio Rodríguez Mejías.
4.- Los “lilas” florecen en cualquier época del año.
A punto de romperse por dentro, y cada vez más desesperado, Paco bajó la cabeza y se puso a renegar de Gálvez, de Fandiño y de la maldita hora que empezó a trabajar en Edén Park. Volvió Roderas con su aplomo de vicario episcopal, y le dijo a Mercader que pidiera otras copas, que invitara a las chicas de la barra y que les dijera que por una razón de gravedad extrema, aplazaban el plan hasta una próxima ocasión.