“Los pinares de la sierra”, 142

Por Dionisio Rodríguez Mejías.

4.- Los “lilas” florecen en cualquier época del año.

A punto de romperse por dentro, y cada vez más desesperado, Paco bajó la cabeza y se puso a renegar de Gálvez, de Fandiño y de la maldita hora que empezó a trabajar en Edén Park. Volvió Roderas con su aplomo de vicario episcopal, y le dijo a Mercader que pidiera otras copas, que invitara a las chicas de la barra y que les dijera que por una razón de gravedad extrema, aplazaban el plan hasta una próxima ocasión.

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