Por Dionisio Rodríguez Mejías.
6.- Una preocupante revelación.
No tuvo tiempo de explicármelo, porque en ese momento nos anunciaron que los señores Recasens acababan de llegar.
―Salga a saludarlos. Acomódelos en la sala y venga a verme para darme su opinión. ¿De acuerdo?
―Sí, señor.