Por Jesús Ferrer Criado.
Quizás este artículo debería esperar hasta pasado el 1-O de este convulso 2017 y ser escrito con todos los datos en la mano; pero sería como esperar al lunes para rellenar la quiniela.
Los nacionalistas catalanes ni son tontos, ni son de otro planeta, ni son tan malvados como algunos gustan suponer. Simplemente, se creen distintos. Se creen distintos de los demás pobladores de Iberia, de Hispania, de la Península. Se creen más europeos que el resto y, por tanto, superiores. Y algunos de ellos quieren ir por libre incluso saltándose la ley.