Por Dionisio Rodríguez Mejías.
3.- Una singular comunidad.
Llamamos al timbre y, mientras Genny abría la puerta, del “Márisol Palace”, Paco sacó una ramita de pino del bolsillo de su cazadora, la besó y se la dio a la chica, como si le entregara una flor exótica.
―Vengo a ofrecerle a la reina de mi corazón, los más puros aromas de Edén Park; y a decirle que, gracias a ella, mi amigo Javi ha vendido dos parcelas. ¡Saluda al héroe!