Por Dionisio Rodríguez Mejías.
6.- La fantasía se dispara.
Aquel año, el doce de octubre cayó en viernes y, en lugar del sábado, subimos a la finca el día de “La Hispanidad”. Recuerdo que se había buzoneado en el distrito de Horta y las familias venían muy arregladas, como si fueran a una fiesta. A Paco le asignaron un señor, con pinta de buena persona, Enrique Cuartero, y a mí a un cuñado suyo, un catalán con mucho dinero, que se llamaba Jordi Font. Naturalmente, nos colocamos en el autocar, uno detrás de otro, y el señor Font y yo pasamos el viaje hablando de inversiones.