Por Dionisio Rodríguez Mejías.
3.- Suspenso en septiembre.
Las semanas siguientes no me compraron nada, y a mediados de septiembre fui a visitar al profesor de Teoría Económica y le pregunté qué le habían parecido las modificaciones que habíamos introducido en el trabajo. Con cara de muy malas pulgas, sacó una revista del cajón, la puso encima de la mesa y me dijo muy enfadado.