Las Eras del Alcázar, y 3

Nuestra guía va comentando las sociedades agrarias (2200-2000 ANE) que ocuparon este lugar, en el que va ganándole progresivamente terreno la agricultura al bosque primigenio, que se ve reducido a un 30%. Se sabe todo ello por el análisis del polen, confirmándose el aumento de las superficies cultivadas destinadas a cereales, leguminosas y olivos‑acebuches. A su vez, va emergiendo un bosque de encinar que sirve de alimento al aumento del cerdo, que constituye su principal alimento cárnico.

Las viviendas siguen siendo circulares y más grandes, aunque aparecen ya exentas, construidas con zócalos de piedras sobre los que se alzan paredes de tapial y adobe, mientras que en su interior se empieza a desarrollar una división técnica y espacial del trabajo. Aunque aún no se han localizado las necrópolis fuera del asentamiento, se saben de su existencia porque no se han encontrado en las zonas de su hábitat…

La intensificación agraria se produce entre 2000 y 1700 ANE, ya que Úbeda se incorpora a redes políticas y territoriales más completas, obligándole a dividir y especializarse en el trabajo. La masa arbórea no supera el 20%, mientras los espacios cultivados y el pastizal son los protagonistas principales de este cambio del paisaje, en el que la ganadería de ovejas es fundamental. También las viviendas se transforman adoptando forma rectangular con zócalos de mampostería y alzados de tapial y adobes, mostrando un mayor nivel de división espacial del trabajo e incluyendo una novedad: incluir enterramientos bajo sus suelos.

En este período se producen dos paradojas: se incrementa la esperanza de vida, pero la gente está peor nutrida y tiene graves patologías (aumento de fracturas, hernias discales, etc.), debido a la intensidad de los trabajos que realizan; y mientras los hombres siguen manteniendo un desarrollo muscular elevado, las mujeres lo van perdiendo, principalmente en las piernas, porque ya realizan sobre todo trabajo doméstico.

Dice Nani que, para hacer más exhaustivas y científicas sus excavaciones arqueológicas, enviaron diversos materiales encontrados de anatomía forense a la Universidad de Granada; carbono 14 y otros a universidades extranjeras; y piedras y sílex a la Universidad de Huelva.

Ahora pasamos a la época histórica, en donde se han encontrado dos muros, en lo que aparecen restos romanos y musulmanes, pero todavía queda mucho por excavar. Entre 312 y 1507 DNE (‘Después de Nuestra Era’) se van superponiendo las ciudades históricas en la zona investigada, que comienzan alrededor de 170 ANE, porque se produce una reordenación urbanística a partir del siglo IV DNE, en época del Emperador Constantino, desde la que se van superponiendo diferentes tramas históricas hasta llegar al urbanismo renacentista; lo que implica la casi total desaparición de los restos constructivos romanos e islámicos.

Nuestra guía afirma que, gracias a las sustanciosas fuentes documentales medievales de nuestro Archivo Histórico Municipal, Úbeda fue muy importante en la época musulmana y que el Alcázar fue ocupado hasta comienzos del siglo XVI (año 1507), tras las fallidas órdenes dictadas por los Reyes Católicos, en que por fin se demolió.

Ahora nos habla del objetivo que conseguir con el estudio y puesta en valor del yacimiento arqueológico en el que nos encontramos, ya que es uno de los espacios más importantes de la Úbeda del futuro, para que los restos arqueológicos se conviertan en protagonistas y sean los soportes de una estructura lúdica y de ocio, así como formativa y pedagógica, para su adecuado uso cultural. De este modo, el renacimiento ubetense se dará la mano con el resto de sus avatares históricos, desde la fundación de la primera ciudad, complementando la visita turística tradicional con la visión prehistórica y arqueológica de esta joya monumental, patrimonio de la humanidad desde 2003.

Nos recuerda que la última excavación se produjo en 2011, quedándose a la mitad, sabiendo que todavía hay bastantes cantinas y tumbas por excavar, y que existen pozos renacentistas y más modernos que cogen agua cuando llueve, pues hay arroyos y manantiales bajo el terreno; y que, aunque los han canalizado, sigue habiendo humedades en las casas de la muralla…

Anima a que visitemos el museo arqueológico, pues hay atrayentes salas de historia donde se puede ver todo lo que ella ha relatado. Nani da las gracias a todos, que son devueltas por los asistentes, tanto verbalmente como con aplausos, pues su visita ha sido sumamente agradable y placentera, además de que no ha hecho calor gracias al fresco viento reinante.

Gómez del Toro nos advierte que sigue enseñando San Lorenzo, con nuevos temas y descubrimientos de esta parroquia olvidada, esta misma tarde, a las 6, y todos los sábados, complementando esta visita con la explicación arqueológica, in situ, de la Torre del Cristo del Portillo, en la Cava, junto al monumento de Antonio Parra…

Después, cuando llego a casa, a pesar de llevar el sombrero puesto para defenderme del sol, compruebo que me he quemado de lo lindo, especialmente en los brazos, pues, como corría fresco y había estado tan absorto oyendo y tomando nota de las interesantes explicaciones de la guía, el tórrido y dañino sol no consiguió advertirme de su daño…

Era la una menos cuarto cuando finalizamos la visita, todos contentos de lo mucho observado y aprendido, quedándonos todavía un tiempo libre prudencial para hacer algún recado urgente, realizar alguna visita o departir, en tertulia, con amigos o familiares, tomando unas cervecitas con sus sabrosas tapas ubedíes. Había sido la última visita primaveral a unos de los rincones más emblemáticos, pero desconocidos, de nuestra historia, tan cercano (y, a su vez, tan desconocido) a la conocida y visitada plaza renacentista de Vázquez de Molina…

Bastantes visitantes nos despedimos con pena, porque hasta septiembre no nos podremos encontrar para disfrutar de la primera visita otoñal en el cementerio de San Ginés, por lo que algunos exclamamos: «¡Ya nos veremos en el cementerio…!»; aclarando, eso sí, que para hacer tanaturismo con nuestros propios pies y sin que nos lleven, como vulgarmente se dice, con ellos por adelante…

De vuelta a casa, me encuentro con tres nutridos grupos de turistas organizados, y sus guías correspondientes, que beben los vientos por las explicaciones que les regalan, en este marco incomparable e irrepetible de la plaza Vázquez de Molina, viniéndome (en ese momento) a la memoria la hermosa visita que hice con mi familia, un lejano y tórrido verano, a la plaza de la Santa Croce, de la inmortal Florencia (Italia), con un hervidero de turistas como el que observaba hoy en Úbeda. Ya en aquel entonces me dije: «¿Cómo mi querida Úbeda no tiene esta suerte, con lo bien merecida que se lo tiene, si posee bastantes e inigualables joyas arquitectónicas…?». Y más, ahora, con el añadido aliciente, recién descubierto, de incorporar a la oferta patrimonial de una Úbeda romana, musulmana y renacentista un futuro Centro de Interpretación de la arqueología y la prehistoria de esta joya andaluza… ¡Mira por dónde, hoy, me he visto recompensado de aquella quimera…!

Úbeda, 18 de junio de 2016.

fernandosanchezresa@hotmail.com

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