El paladín de nuestro San Miguel Arcángel

Por Fernando Sánchez Resa.

Aquí arriba, en Úbeda (ciudad de los famosos cerros y Patrimonio de la Humanidad), desde que en 1233 fuera conquistada por Fernando III, “El Santo”, nuestro santo patrón, San Miguel Arcángel, ha sido venerado y representado por la devoción popular…

Y nuestra historia, que tiene sus vericuetos, sus idas y venidas (y hasta sus tropiezos…), y que también ha tenido sus avances y retrocesos en diferentes aspectos, no tuvo ocasión de fundar una cofradía o grupo parroquial que lo venerara y sacara en procesión, hasta que fue llegado el tercer milenio de nuestra era, habiendo pasado (por tanto) la friolera de 768 años, desde su reconquista cristiana, para que viniese a nacer el Grupo Parroquial “San Miguel Arcángel” de la mano de un ubetense de pro (juntamente con un escogido grupo de amigos y devotos), un “cérrimo” que lleva a Úbeda en sus entrañas como baluarte y estandarte de sus creencias religiosas más profundas y su visionaria misión.

Este hombre que, como cualquier ser humano, tiene sus defectos y virtudes, pero que tuvo la valentía y el coraje de dar el paso al frente, para conseguir tener una nueva imagen del santo patrón ubetense y procesionarlo todos los 29 de septiembre; y que lleva trece años aunando voluntades y obviando dificultades y oposiciones declaradas u ocultas, pues más de uno pensó que este proyecto era una quimera irrealizable, siendo él el elegido para llevarla a cabo…

Si los hombres medievales se curtían con la espalda en duras batallas contra el invasor musulmán e incluso cristiano, los de hoy en día han de emplear otras armas (llamémosle, escogidas cualidades) más personales y no menos contundentes que las de antaño: la estrategia, el pundonor, la constancia, incluso la osadía de querer conseguir un sueño, muchos años añorado, que sólo el constante y pertinaz elegido sabe alcanzar, aún dejándose jirones de tiempo, esfuerzo, amistades, salud y fortaleza para conseguirlo…

Por eso, es digno y justo reconocer que este personaje ubetense, tan característico e irrepetible, «Un ubetense de Úbeda», como él mismo se auto proclama, necesita que se le proporcione agradecimiento sincero y reconocimiento público por su extensa y abnegada labor en los muchos y variados campos en los que labora y ha trabajado, siempre en pro de nuestra simpar ciudad: reportero impenitente e incansable, amante incondicional de las más rancias tradiciones ubetenses, fundador y mantenedor de un grupo parroquial (el de nuestro santo patrón), que siempre le ha costado tiempo, dinero, esfuerzo y valentía llevarlo, cada feria, adelante…


Es por ello que, Eduardo Jiménez Torres (conocido también por el apodo de su padre, “Zorrica”), merece agradecimiento y cariño a raudales, pues ha estado al frente de este mencionado proyecto durante trece largos años…

Úbeda, 22 de octubre de 2014.

fsresa@gmail.com

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