Para mi hija María del Mar.
Esas lanzas hundidas en el río,
llamas o estrellas derrotadas
de tallos desiguales,
fuegos que el río devora en otras luces,
peces o niños.
Perlas.
Tierra,
cielo y río. Memoria.
Hierve el agua del té,
brilla el orégano y la menta.
Un hombre duerme o muere
junto al fuego, y una mujer
florece junto al río,
con lanzas o puñales
en sus ojos de plata
o piedra consumida.
El silencio es un barco de papel
que lleva hacia el destierro.