Semana Santa y primavera. Como en otras celebraciones eclesiásticas, coincidencias no casuales y sí causales. Cambios de estaciones, de ciclos de trabajos, de sensaciones y sentimientos, de anhelos, de vidas. Cambios en la naturaleza de los seres y de las cosas.
Importante para todos los tiempos, este tránsito, que hace que todo se altere o que todo se desee. Las civilizaciones inmemoriales ya lo sabían y lo celebraban: cambios sacralizados con los ritos de sus sacerdotes, con la invocación de sus dioses (los dadores de vida, dejados atrás los de muerte); fecundación en cosechas, animales y personas; vida; alegría.