También tuve otros sufrimientos en aquellos días… La Comunidad levantaba un muro derribado en el huerto, por imposición del Ayuntamiento, y entonces andaba escasa de dineros; y, por si fuera poco, nos los habían robado en el asalto al convento, el 20 de julio. Aunque los obreros habían estado en huelga dos semanas ‑comenzando por el día 19‑ las autoridades ordenaron que se les pagasen sus jornales íntegros. De manera que, arrojados de nuestra casa por la chusma, en connivencia con las autoridades; con la mayor parte de los religiosos encerrados en calabozos y, encima, nos exigen que paguemos las dos semanas, no trabajadas, en la casa que ya no es nuestra, sino del pueblo…