24−10−2011.
No fue todo entre ellos aquella noche. Amalia, resuelta, envuelta aún en una sábana de baño le propuso a León:
−Mira, ya sabes cómo estaba la casa. Todas las cosas por medio. No he podido terminar ni la mitad de lo que yo pensaba. Parecía esto un hospital robao, por Dios. Mañana podría venir temprano…
−¿Tú sabes la hora que es ya?
−Muy tarde, ya lo sé. Podría quedarme aquí y así quizás podría terminar mañana la parte de abajo que está hecha una leonera. ¿Sabes cuándo vuelve Alfonso?
−Pues exactamente no lo sé, pero seguro que hacia mediados de la semana que viene.