18-09-2011.
El «Presentar la otra mejilla al que te abofetea» del evangelio cristiano y el «Donde no hay amor, pon amor y encontrarás amor» de Francisco de Asís simbolizan actitudes de un alto valor ético y hasta estético. De una gran elegancia espiritual. Pero ¿qué valor estratégico real tienen esas actitudes si se las examina racionalmente desde el ángulo de las interacciones humanas? ¿Son realistas o utopistas? ¿Las recomendaría usted a sus hijos?
En contraposición, tenemos la violenta crítica nietzscheana del cristianismo: todo el discurso del amor al prójimo es humo, opio del pueblo, atrapa bobos.