Cómo se hacía «Tanteos»

A Dionisio, con los mejores deseos de que haga el mejor Tanteos.
 
Nuestro periódico, en su primera fase, lo imprimíamos en una multicopista. Era muy sencillo, pero la hacíamos con mucha ilusión y a base de “sol de recreos perdidos” y muchas horas de sueño.

Presentó algunas entrevistas; entre ellas a Fidel Uriarte, futbolista del Bilbao y al actor Enrique Diosdado. Hubo un artículo mío, “Adiós a un hombre”, escrito unos días después del magnicidio de Dallas, que enviamos a Jacqueline Bouvier, dándole el pésame por la muerte del creador de la “Nueva Frontera”, Kennedy. Tuvo la atención de escribirnos unas letras de agradecimiento. Lamento, de veras, no conservar este documento histórico.
En la segunda fase —con don Jesús fuera del colegio—, tuve que tomar las riendas de la Revista de Juventud Tanteos como regidor. Todos sabéis que los editoriales y demás escritos sin firma eran de don Jesús que, incansablemente, nos enviaba con su castellana puntualidad.
Siguiendo sus directrices y poniendo algo de mi cosecha (que era fruto de su siembra) tuve que multiplicar la tirada desde los 50 ejemplares de la primera época hasta los 3 000 de la segunda. Hubo que buscarse una buena imprenta y la mejor acababa de inaugurarse en Jaén, a donde tuve que ir muchas veces en auto-stop.
Hubo que conseguir permisos. Al principio, en la Delegación de Información y Turismo no me hacían caso, donde me atendía un funcionario preocupado por su colección de sellos. Escribí al Jefe del Estado y al ministro Manuel Fraga y los dos me contestaron. Con los sobres y sus distinguidos membretes, porque las cartas poco decían, me personé en las oficinas y pregunté por el delegado. Nunca sabré si a este hombre le agradó la idea o tenía algo que ver con las gráficas, donde, con toda puntualidad y pulcritud, se tiraron los 18 000 ejemplares de los seis números de Tanteos entre febrero de 1964 y la primavera de 1965.
Lo de recaudar publicidad fue muy fácil entre los comerciantes de una ciudad culta como Úbeda. En el colegio nunca nos dieron un duro, ellos que eran expertos en ponernos en pan de aquella manera.
El primer número fue un bombazo. Entrevista a Buero Vallejo, que ganó el Lope de Vega en la cárcel de Guadalajara. Otra a Alejandro Casona, que venía del exilio. España celebraba los 25 años de Paz y entrevistamos a Antonio Gala por su triunfo en Los verdes campos del Edén, que es la historia de un hombre a quien no dejan morir en paz.
Algunos vieron demonios en el jardín de nuestro periódico y llegaron a equipararnos (salvando las infinitas distancias) con la filmación de Llanto por un bandido, donde toda la rive gauche europea, liderada por Buñuel, se reunió por estos cerros. Francisco Rabal me comentó que su “tío” Luis, verdugo en la plaza de Sabiote, ajusticiaba a garrote vil a un reo, en una alegoría del Generalísimo. Era Viridiana, que después sería excomulgada por el Vaticano, prohibida en España y premiada en todo el mundo.
Tuvimos la suerte de contar con colaboraciones muy importantes. Desde las portadas de Antonio G. Orea, escultor del monumento a la Virgen de la Cabeza de Andújar y de la Virgen de nuestro colegio; de Marcelo Góngora, excelente pintor; hasta las contestaciones a nuestras cartas (aparte de los ya citados) de José María Pemán, Camilo José Cela, Alfonso Paso, Concha Alós, Conchita Velasco, Narciso Ibáñez Serrador, Juanjo Menéndez y Alberto Oliveras, el creador de “Ustedes son formidables”. También recibimos del hermano de la reina Fabiola, Jaime de Mora y Aragón, una foto dedicada a nuestra revista. Una nómina impagable de artistas de todos los campos.
Como es natural, de una manera y otra, colaboraron todos los integrantes de la Segunda División. Al final contamos con unos breves pero magistrales artículos de Juan Pasquau, director de la revista Úbeda y autor de la Biografía de Úbeda; y de algunas colaboraciones tardías, pero de agradecer, del entonces Julio Gallego SJ y del padre Jesús Mendoza.
El alcalde de la ciudad, don Jerónimo Garvín, don Diego Fernández (mi “pendiente” profesor de Matemáticas y Química), director de la Escuela de Maestría Industrial, don Bernardo López Aparicio, don José Luis Acosta ocuparon parte de nuestras páginas.
“Me llamo Tanteos porque soy eso, un tanteo, un balbuceo de prensa…”.
Ánimo y a empezar con éxito la tercera época que, como siempre, será la más interesante.
29-03-10.
(41 lecturas).

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